Burnt gasoline #10

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Para cuando Ki Hyun llegó a casa, ya había amanecido. Había sido una noche larga y, aparte de los ratos que había dormitado en el sofá que había junto a la cama de Dodo en el hospital, había pasado la noche en vela. Eran pasadas las siete de la mañana y estaba agotado. Dodo había desaparecido en un visto y no visto cuando le dieron el alta; y Ho Seok se fue a desayunar con Hyun Woo, como hacían siempre que Ho Seok tenía turno de noche y Hyun Woo trabajaba al día siguiente, después de que el enfermero terminara de trabajar y antes de que la jornada del economista comenzara.

Ki Hyun, sencillamente, se había ido a casa a dormir.

Abrió la puerta y, mientras se quitaba los zapatos en la entrada, se dio cuenta de que su mañana no iba a ser tan simple como meterse en la cama. Ya había llamado al colegio el día anterior para decir que por asuntos familiares no podría ir a trabajar al día siguiente, pero viendo lo que estaba viendo, pensó que igual hubiera preferido dar clase sin dormir.

El suelo estaba lleno de cristales y restos de una botella rota, y el olor a alcohol del whisky que también estaba desperdiciándose en el suelo llenaba toda la habitación.

Min Hyuk y Min Ji estaban al lado del charco de aquella bebida destilada, dormidos los dos y tumbados de lado, frente a frente. Él, aparte la boca también tenía la parte izquierda de la cara hinchada, y Ki Hyun no estaba muy seguro de querer saber qué había pasado.

Primero abrió el armario en el que guardaba las botellas de bebidas alcohólicas, y sacó de allí las dos botellas de vino (uno tinto y otro blanco), la de brandy y la de ron y, con ellas en las manos, se dirigió hacia su caja fuerte para meterlas dentro. Lo primero que vio al hacerlo fue la caja con el anillo de pedida que Ho Seok le había pedido que guardara semanas atrás, y suspiró.

Dejó las botellas dentro y sacó la caja para abrirla. Había un anillo bien colocado en su almohadilla, y el otro estaba suelto. Era un anillo sencillo, de titanio, negro con un ligero surco en medio que daba toda la vuelta y formaba una línea de color azul eléctrico, y la parte interior era el dibujo de una nebulosa cuyos colores eran azules, morados y rosas. Suspiró, y miró a los niños dormir en el suelo, ajenos a todo. Ho Seok se merecía un poco de paz que nadie quería darle.

Cerró la caja fuerte y después se fue a abrir las cortinas, antes de ir a preparar algo para desayunar. De todos modos tenía que averiguar qué había pasado. Al menos lo haría con el estómago lleno.

La luz de la mañana que entraba de pronto por las ventanas sumado al ruido de Ki Hyun abriendo cajones, sacando cosas de ellos y después cerrándolos, despertó a los dos adolescentes de una forma abrupta y molesta. Los dos estaban confusos en un inicio, tratando de recordar dónde estaban, que hora era y qué era todo ese ruido y toda esa luz tan de golpe. Nada parecía real todavía.

-No sé de quién es culpa lo de la botella –dijo Ki Hyun mientras ellos todavía trataban de ubicarse en el espacio y en el tiempo-, pero quien haya sido que lo recoja.

Encendió el fuego y echó aceite en la sartén mientras ellos se terminaban de despertar, y pudo ver perfectamente la forma en que ellos dos se levantaban poco a poco del suelo y, sin intercambiar palabras, ella se fue en dirección al pasillo y él se metió en la cocina a buscar una fregona, un cubo y un recogedor.

Primero recogió los trozos más grandes con la fregona como si fuera una escoba, después fregó en condiciones el suelo y, cuando se secó, barrió de nuevo para terminar de deshacerse de los cristales que habían quedado.

Ki Hyun le observó en silencio mientras terminaba de hacer el desayuno, y poco después de dejar el plato lleno y un zumo de naranja sobre la isla de la cocina, Min Hyuk terminó y se acercó para comer.

Not all Girls are from Venus » Dodo x I.M. MONSTA XDonde viven las historias. Descúbrelo ahora