Not all Girls are from Venus » Dodo x I.M. MONSTA X

Blue shadows #5

De un lado para otro, como un vendaval, así paseaba Ho Seok por la cocina. No podía estarse quieto, Ki Hyun desde el otro lado de la isla, le miraba y se preguntaba en qué momento su cuñado se relajaría y pararía quieto.

-Entonces... el anillo... -dijo Ki Hyun, aunque supiera que no era buena idea sacar el tema.

-No hay anillo –contestó Ho Seok-, eso fue un error.

Su frase fue seguida de un pitido proveniente del horno, y antes de que Ki Hyun pudiera abrir la boca para objetar algo, el novio de su hermano se dio la vuelta y le dio la espalda.

Abrió el horno y sacó otra bandeja de cupcakes. Y ya iban tres.

Con esa última ronda ya había noventa pastelitos sobre la encimera, y Ki Hyun se preguntaba si Ho Seok pararía en algún momento y se daría cuenta que cocinar dulces en cantidades exageradas cuando estaba estresado no era una forma sana de lidiar con la ansiedad.

-¿Un error? ¿Tú, el de la poesía sobre el destino e historias empalagosas de amor piensa que es mala idea pedirle matrimonio al amor de tu vida?

Ho Seok gimoteó nada más escuchar a Ki Hyun. Se puso a lloriquear como si fuera un niño pequeño mientras alzaba la cabeza de forma dramática y se llevaba las manos a la cara. Un espectáculo que hubiera resultado divertido para Ki Hyun de no haberlo visto medio millar de veces en los últimos diez años.

-¿Es por Dodo?

Un suspiro largo salió de los labios de Ho Seok. Se quitó las manos de la cara, dejó de portarse como un niño pequeño y se puso serio por fin.

-Eso fue como la gota que colmó el vaso, Ki.

-Hyung –le corrigió el mayor de los dos. Aunque, como siempre, Ho Seok no le hizo ni caso.

-En serio, Kihyunie, no sé qué hacer –dijo, como si la persona con la que hablaba no tuviera siete años más que él. Su cuñado suspiró y negó con la cabeza, porque Ho Seok era imposible a veces-. Todo el mundo no deja de decirme qué tengo que hacer para pedirle la mano a mi novio, ¡mi novio, no el de ellos! Y ya... ya estoy cansado. Es solo un papel, no va a cambiar lo que siento por Hyun Woo ni lo que él siente por mí. Que si una cena romántica, que si un camino de rosas hasta el dormitorio, que si un paseo por el parque que termine conmigo poniendo la rodilla en el suelo, que si una escapada romántica en un balneario... que lo haga complicado, recargado e inesperado, que lo haga simple, que lo haga en público, que lo haga en privado. ¡Que no lo haga o el apocalipsis llegará porque cómo me atrevo a abandonar dos veces a mis hermanos adolescentes a los que he criado! –Suspiró, hastiado-. Alguien propuso incluso una noria ¡una maldita noria! Yo y mi acrofobia pidiéndole matrimonio a tu hermano en una noria, qué podría salir mal –Se rió en un intento de no ponerse a llorar de pura frustración. Al final terminó respirando hondo y sentándose porque, sino, iba a colapsar-. Todo el mundo tiene una opinión y la mía no importa y la de Hyun Woo tampoco, así que no pienso hacer nada y voy a esperar simplemente a que llegue el momento adecuado, o a que tu hermano me lo pida a mí.

Ki Hyun se echo a reír.

-Lo sé –continuó Ho Seok-, eso nunca pasará.

-No, no me reía por eso –dijo Ki Hyun, sin dejar de sonreír de esa manera-, pero mi hermanito sí que iría a lo simple. Te lo metería dentro de uno de los noventa cupcakes que has preparado porque no sabes lidiar con el estrés... Maldita sea, niño, ¿quién va a comerse todo esto? Tienes que parar.

-¿Que quién va a comerse todo esto? –dijo Ho Seok, arqueando una ceja, como si la respuesta a la pregunta de Ki Hyun fuese lo más obvio del mundo. Cogió la manga de crema pastelera y empezó a decorar las magdalenas que había sacado del horno hacía nada-. Veinte son para el turno de noche del hospital, otras veinte para el turno de mañana, hay diez para mis hermanos, otros diez para ti y Min Ji, y los treinta restantes son para mí y para Hyun Woo.