Cuando Min Hyuk le regaló esos patines a Min Ji, ella pensó que ese era posiblemente el mejor regalo que Min Hyuk le había hecho nunca.
Lo pensó hasta que se los puso por primera vez, entonces le entró un miedo terrible, porque esa cosa tenía ruedas. Lo cual, era lógico, se veía a simple vista, pero ella no fue consciente de ello hasta que se subió y se dio cuenta de que no sabía controlarlos.
¿Por qué parecía tan fácil cuando Min Hyuk y Dodo recorrían las calles de su pueblo con ellos puestos como si fuesen peces en el agua?
Cuando empezó a sentirse así, lo primero que hizo fue llamar a Dodo. Ella le había dicho que no pasaba nada, que irían los tres juntos a algún sitio con los patines y le enseñarían cómo andar con ellos. Sin embargo, al final Dodo tuvo que tragarse sus palabras, porque Min Hyuk no quiso acompañarlas.
Ahora habían pasado tres semanas desde su cumpleaños, pero su mejor amigo seguía actuando de forma extraña. Ninguna se explicaba qué le pasaba.
-Todavía no entiendo qué clase de bicho le ha picado a Min Hyuk –dijo Min Ji mientras ella y Dodo recorrían esa calle con los patines puestos.
-Seguro que es una tontería –le contestó ella-. Cuando quiera dejar de actuar como un imbécil y decirme qué le pasa le escucharé, pero mientras no voy a perseguirle. –Suspiró-. Se suponía que nos lo contábamos todo, ¿y de repente se pone así? Encima está en plan súper cariñoso con mamá, me saca de quicio.
Min Hyuk estaba cortante, casi pasivo-agresivo a veces, había días que pasaba horas sin contestarles a los mensajes o no contestaba a ellos en absoluto, y Min Ji le había pillado varias veces huyendo de ella cuando la veía.
Había llegado Halloween, y las cosas seguían igual.
Se dio la vuelta para ponerse frente a Dodo, y ella le sujetó las manos para que no se fuese muy lejos.
Le sonrió para calmarla un poco, porque sabía bien que, aunque Dodo estuviera poniéndose a la defensiva, aquello le estaba afectando.
Aun así, su sonrisa no duró mucho. Pronto la sustituyó una expresión de sorpresa cuando, a varios metros, vio la camioneta de Chang Kyun acercándose a ellas.
Levantó la mano para saludarle, y entonces Dodo se dio la vuelta para mirar a quién iba dirigido ese saludo.
-¿Habíais quedado?
-Sí, pero... un poco más tarde –le contestó Dodo, algo extrañada. Se suponía que iban a ir a casa de Min Ji, merendar, y después Chang Kyun pasaría a recogerla.
Se quitaron de en medio de la carretera para que Chang Kyun pudiera pasar con el coche, y él redujo la velocidad hasta llevar el mismo ritmo.
-Llegas pronto –le dijo Dodo-. Te esperaba como dentro de una hora.
Él levantó las cejas, extrañado.
-Habíamos quedado a las cinco y... son las cinco menos cuarto. –Se rió-. Llego pronto, sí, pero no una hora pronto.
Confusa y sorprendida, Dodo miró a su acompañante, y Min Ji se rió antes de mirar su reloj. Sí, parecía que se les había pasado el tiempo volando mientras hablaban y daban vueltas sin sentido por la urbanización.
-Tiene razón, Doyeonie, son casi las cinco ya.
-Oh, vaya –contestó ella, confusa.
Min Ji se rió y le soltó las manos poco a poco.
-Me iré a casa, se está haciendo tarde y necesito que mi padre me ayude a terminar de preparar mi disfraz para la fiesta –le dijo a Dodo-. A las siete en mi casa, ¿verdad?
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Not all Girls are from Venus » Dodo x I.M. MONSTA X
Roman d'amourDodo era como una bala perdida, como la rosa con más espinas. Quizá podría romper el corazón a cualquiera con un parpadeo y las costillas de un puntapié pero, para Chang Kyun, ese ángel de la destrucción era lo más bello que hubiera visto jamás. Él...