-¿Así te has hecho esas heridas? -preguntó Chang Kyun-, ¿recogiendo los trozos de un tazón que tiraste al suelo por enfadarte con tu padre?
Ella, fingiendo indiferencia mientras miraba hacia otro lado, se encogió de hombros.
Hacía varios días desde que se había hecho aquellas heridas, pero por una cosa o por la otra, ellos dos no se habían visto aún, de modo que era la primera vez que Chang Kyun veía sus dedos vendados de esa manera.
Ahora era lunes, el día en que Dodo estaba siempre más cansada y más ausente. A ella no le gustaba que Chang Kyun fuese a buscarla los lunes, sentía que le hacía perder el tiempo, pero no se veían desde el jueves, cuando pasaron la tarde del año nuevo juntos, y él no quería esperarse al martes.
De todos modos, ambos sabían que, aunque él apareciera sin avisar un lunes frente a la entrada de su instituto, ella nunca le rechazaría por eso.
Nada más verle, se había metido su camioneta de Chang Kyun, y sin intercambiar palabra con él, había movido el asiento hacia atrás y el respaldo también, le había dicho que quería que la llevara a algún sitio donde no hubiera nadie más que ellos, y cuando él quiso preguntarle por las vendas en sus manos, ella ya se había quedado dormida.
Se despertó dos horas más tarde, con el coche aparcado al lado de un faro abandonado de una localidad costera no muy lejos de Boston, y después de despejarse un poco, le había contado a Chang Kyun todo lo que había pasado el viernes anterior cuando él preguntó por sus heridas.
-Como sea... -dijo Chang Kyun. Ella no iba a contestar a su pregunta de todas maneras, así que iba a, sencillamente, cambiar de tema-. Sabes que tu padre no me gusta nada, pero tiene razón en lo que te ha dicho. No arruines tu futuro por molestarles a ellos, no vale la pena.
Ahora sí que ella le miró, y después sonrió como si tramara algo, dejando a Chang Kyun muy confundido. Luego cogió su abrigo, y del bolsillo interior sacó un papel doblado que le tendió a Chang Kyun.
Él, intrigado aunque todavía muy confuso, cogió lo que ella le ofrecía y después lo abrió.
Se llevó una sorpresa agradable al descubrir sus calificaciones en ese papel. Dodo tenía una matrícula de honor en sus clases avanzadas de francés, otra en educación física, una A+ en administración de empresa e inglés, y una A en algebra, química e historia.
Se rió, incrédulo, y después suspiró y la miró. ¿Le había estado ocultando que tenía sus calificaciones ya desde hacía días, solo para ver su cara después de que ella le contara lo que le había dicho a su padre?
-Eres un pequeño demonio -le dijo, pero siguió sonriendo y se inclinó para besarle los labios.
-Lo sé -le contestó ella cuando él se separó. Dodo quería molestar a sus padres, sí, pero no quería decepcionar o preocupar a Ho Seok o a Ki Hyun. Fingir que sus clases iban mal cuando no era así lograba mantener el equilibrio entre esos dos sentimientos.
Aun así, cuando comparaba sus notas con las de su hermano, no sentía que fuesen tan buenas. Solía estar por detrás de él, pero nunca tanto.
Se quedó un poco ensimismada en sus pensamientos con ese tema, y solo salió de su burbuja cuando Chang Kyun volvió a abrir la boca y le dijo:
-¿Quieres que curioseemos dentro del faro?
Y por supuesto que ella le dijo que sí.
-¿Cómo has encontrado este sitio? -preguntó ella, cuando ya subían por las escaleras de ese faro que, si bien estaba abandonado, tenía la estructura intacta. Estaba todo lleno de polvo y telarañas, pero el faro no se les iba a caer sobre sus cabezas.
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Not all Girls are from Venus » Dodo x I.M. MONSTA X
Storie d'amoreDodo era como una bala perdida, como la rosa con más espinas. Quizá podría romper el corazón a cualquiera con un parpadeo y las costillas de un puntapié pero, para Chang Kyun, ese ángel de la destrucción era lo más bello que hubiera visto jamás. Él...