El absoluto silencio que había en medio del bosque, hacía sentir extrañamente nerviosa a Dodo. Todo en ella siempre había sido caos. Caos e ira acumulada. Las voces en su cabeza no se callaban con silencio, así que a pesar de la calma que había en ese lugar, Dodo echaba de menos el ruido.
Estaba sentada en la parte trasera de la camioneta de Chang Kyun, que se hallaba detenida en un claro de un bosque no muy lejos de Boston, con sus piernas encogidas contra su pecho y una manta sobre los hombros. El cielo estaba tan lleno de estrellas que siquiera parecía real. Parecía estar allí pintado, tan enorme y tan cargado que a Dodo le daba la sensación de que, en cualquier momento, se iba a caer sobre sus cabezas.
Tan perdida en sus pensamientos estaba, que apenas se dio cuenta cuando Chang Kyun volvió.
Se había alejado un poco de la camioneta para atender una llamada repentina, y habían sido solo cinco minutos, pero fue suficiente como para que Dodo sintiera que todo aquello había sido mala idea y que deseaba irse a casa.
-Perdona -le dijo él, y no fue hasta entonces que ella reaccionó, desviando su atención hasta su novio, para verle subirse a la parte trasera de la camioneta.
Se acercó hasta donde ella estaba y se sentó a su lado, colocando la manta que cubría a Dodo también sobre sus hombros y rodeando su cintura con el brazo.
-No pasa nada -le dijo ella, aunque no estuvo muy segura de que su tono hubiera sonado muy convincente.
Era su primer aniversario, y aun así Chang Kyun se las había arreglado para llegar una hora tarde a recogerla, y nada más llegar al bosque la había dejado sola para atender una llamada. No, no estaba bien. Y sí, sí que pasaba algo. Tenía muchas ganas de estallar. Tenía muchas ganas de decir muchas cosas.
Apretó los arañazos que tenía en su mano izquierda con los dedos de la derecha, por debajo de la manta para que Chang Kyun no la viera, y el dolor fue suficiente como para que, al menos por el momento, las ganas de gritar se disiparan.
-De todos modos, lo siento -le dijo él, antes de girar la cabeza hacia ella y darle un beso en la sien-. Sabes que hubiera preferido pasar el día contigo y que nadie nos interrumpiera.
"No, no lo sé" pensó ella, pero no dijo nada. ¿Qué ganaba estropeando el momento?
Habían sido semanas difíciles. Cuando en verano Chang Kyun había empezado a trabajar más para cubrir sus deudas, la dinámica de su relación había cambiado. Desde que empezaron a estar juntos, Chang Kyun iba constantemente a buscarla al instituto, sacaba tiempo que no tenía para estar con ella, para escaparse con ella. Se habían peleado y habían discutido por cosas algunas veces, pero habían logrado superar todos los baches, reconciliarse todas las veces con prisa porque pesaba más querer estar juntos que las ganas de ser tercos con enfados que, en general, no merecían la pena.
Cuando Chang Kyun comenzó a trabajar más de 15 horas diarias prácticamente todos los días para pagar aquella factura de la luz y el alquiler, Dodo lo entendió. Aunque estuviera preocupada y le doliera, lo entendió, y empezó a aceptar que Chang Kyun no fuese a buscarla, que apenas pudieran verse.
Empezó a atesorar cada momento que podía estar con Chang Kyun, y aunque le doliera no verle, cuando le echaba de menos cerraba los ojos muy fuerte y pensaba "solo es temporal, dentro de poco las cosas volverán a la normalidad"
Pero estaban a dos de noviembre otra vez, y las cosas no habían vuelto a la normalidad.
-¿No te gusta estar aquí? -le preguntó Chang Kyun. Ella llevaba pensativa mucho rato, era difícil no darse cuenta de que algo iba mal. No había hablado apenas estando en el coche, casi le había contestado a todo asintiendo o negando con la cabeza, o con monosílabos o comentarios escuetos. Había llegado tarde. Sabía que había llegado tarde y que era culpa suya, pero le habían entretenido en el trabajo y después había pillado un atasco. Había llegado tan rápido como había podido, nunca hubiera llegado tarde a propósito a una cita con ella, muchísimo menos a la cita de su primer aniversario.
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Not all Girls are from Venus » Dodo x I.M. MONSTA X
RomanceDodo era como una bala perdida, como la rosa con más espinas. Quizá podría romper el corazón a cualquiera con un parpadeo y las costillas de un puntapié pero, para Chang Kyun, ese ángel de la destrucción era lo más bello que hubiera visto jamás. Él...