Capítulo 4: Una charla agradable

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—¿En serio te golpeó con su bolso? No puedo creerlo — Edward escuchaba una historia que le estaba contando en medio de su almuerzo en aquel lugar que había sugerido.

—¡Sí! Me golpeó con su cartera en la cabeza y decía "niño pervertido" yo solo quería avisarle que había botado su labial y como no me escuchaba me acerqué para tocarle la espalda ¿cómo iba a saber que se iba a girar y terminaría tocándole los pechos? No fue mi culpa — Christofer estaba riéndose mientras terminaba las papas fritas que estaba comiendo.

—Que mala suerte la tuya ¿qué edad tenías?

—Lo sé, tenía 15 años y siempre me suceden cosas así, Daniel lo llama "La Suerte Christofer" dice que supera una simple "mala suerte" así que si te pasa algo terriblemente malo dices la suerte Christofer y con eso resumes toda tu desgracia.

—Ahora que lo mencionas ¿Cómo es que se hicieron tan buenos amigos ustedes dos? Digo, él es mayor que tú.  Recuerdo que Daniel llegó a la oficina contando sobre haber conocido a un tal Chris, y desde entonces ese nombre sonó muy seguido.

—Fue el año pasado en el evento sobre capacitaciones y exposiciones publicitarias acá en la ciudad, nos tocó recibir una capacitación juntos, ese día mi bolígrafo rebalsó y todo se hizo un desastre, desde entonces nos volvimos muy amigos. Me alegró conocerlo, quizás no somos los típicos amigos convencionales porque yo ni siquiera vivía acá, pero tuvimos una increíble conexión y la mayoría del tiempo nos estábamos escribiendo para conversar de cosas triviales o de nuestros trabajos.

—Recuerdo que para varias campañas decía "Chris me sugirió" "Chris me aconsejó esto" jaja de verdad llegué a pensar que eras una voz en su cabeza — bromeó mientras terminaba su ensalada con pollo a la plancha — pero también me pregunto, cuando nos conocimos ¿ya sabías que era su hermano menor?

—Vaya Sherlock no sabía que este era un interrogatorio — bromeó dándole un sorbo a su bebida.

—Lo siento — mordió su labio inferior y desvió la vista, lucía un poco avergonzado.

—Jaja no te preocupes solo bromeaba — lo intentó tranquilizar con una sonrisa — y la respuesta es no. Sí sabía que tenía un hermano menor pero no profundizamos nunca sobre el tema y tampoco había visto alguna foto tuya así que no tenía ni idea, aunque no te mentiré, cuando te vi me resultaste familiar, luego supuse que era porque eres el hermano de Dan, aunque ahora no estoy seguro. Son tus ojos cafés los que me resultan familiares y los de tu hermano son azules, así que no sé a qué se debe — "te escaneé por completo, y déjame decirte que estas muy guapo" pensó, pero no iba a decirlo en voz alta, al menos no en ese momento. 

—No nos parecemos mucho con Daniel — Edward se encogió de hombros.

—No tanto, pero algunos rasgos son similares.

Charlaron un poco más de esto y lo otro mientras terminaban su almuerzo. En su mayoría era Chris hablando y Edward asintiendo o sonriendo a lo que decía.

**

—Bien, ahora es mi turno de preguntar — dijo Christofer mientras caminaban de regreso a la agencia.

—¿Ah? — Edward caminaba a su lado.

—Sí, ahora yo dirijo el interrogatorio — escuchó la baja risa ronca del castaño — en primer lugar ¿cómo es que eres el Director Creativo con 21 años? ¿Ya terminaste la universidad? ¿te decepcionó saber que yo soy el famoso Chris?

—No te andas con rodeos, ¿eh? — bromeó — bueno para empezar no tengo 21 años, sino que 23 y sí, ya me gradué de la universidad. Empecé a trabajar en la agencia desde los 18 años y durante ese tiempo fue la mano derecha del director creativo, es por eso que ahora el cargo es mío. Y no, no me decepcionó saber que la misma persona que chocó mi auto fue quien logró hacer un éxito de la campaña "Cero estereotipos" de la empresa Be-U hace unos meses.

—No te creas el gran adulto, solo me llevas por unos años yo tengo 21 — se cruzó de brazos — ya veo que tienes experiencia en lo que haces y me alegra no haberte decepcionado — sonrió divertido — pero me sorprende que sepas lo de la campaña.

—¿Bromeas? esa ha sido una de las mejores campañas, le presentamos una infinidad de propuestas y la señora Maritza no parecía estar segura hasta que de pronto Daniel comentó sobre lo que sugeriste en el comercial y ella quedó encantada.

—Sí, me gustó mucho esa campaña porque se trataba del respeto hacia las demás personas a pesar de su aspecto físico — recordó la tarde que le escribió una idea para la campaña a Daniel.

—¿En serio? — Edward ladeó el rostro para verlo a los ojos.

—Por supuesto — imitó el movimiento y sonrió — ese tipo de campañas son las mejores para mí. Siempre he estado en contra de las críticas hacia los cuerpos de los demás, ese tipo de gente me da asco — Edward bajó la mirada, parecía más callado.

—Mmm... — fue el único sonido que el castaño emitió.

—Sabes también estoy ansioso por la universidad — dijo mientras entraban a la agencia, cambiando drásticamente de tema como solía hacerlo — es mi tercer año y solo espero conocer buenos amigos, no me preocupo por la calidad de las clases ya que es la universidad más prestigiosa del país.

—Cierto, olvidé preguntarte sobre eso, el segundo semestre inicia a finales de agosto, aún falta un mes y algo. Daniel comentó sobre un cambio en tu horario para cuando empieces a estudiar — presionó el botón del elevador que los llevaría al tercer piso — ¿cómo lograste hacer que la universidad te aceptara en su segundo semestre? O más bien ¿por qué a estas alturas cambiaste de universidad?

—Fue fácil, mis calificaciones son perfectas — respondió mientras metía ambas manos en las bolsas de su pantalón y se recostaba en la pared del elevador — y tuve que mudarme acá porque se presentó una situación y pues nada, acá estoy empezando una nueva vida — las puertas del elevador se abrieron y fue él el primero en salir, no quería seguir hablando del tema.

Ingresaron a la oficina y se dispusieron a trabajar, charlando sobre cualquier cosa que llegara a la mente del rubio, mientras Edward asentía y se reía de sus ocurrencias.

Tequila & CaféDonde viven las historias. Descúbrelo ahora