Había pasado revisando las fotografías que se usarían para la campaña del señor Williams y cuando por fin terminó se puso de pie para estirarse un poco.
Estaba parado frente a la amplia ventana atrapado en sus pensamientos que no escuchó cuando la puerta a sus espaldas se abrió.
—¡Boo! — oyó decir a sus espaldas mientras dos manos tocaban sus costillas.
—Mierda — gritó por el susto mientras se giraba.
—Hola — Christofer estaba riendo a carcajadas — ¿Te asusté?
—No, ni un poco — respondió con sarcasmo y ambos volvieron a reír.
Cuando las risas cesaron, sus ojos se posaron sobre el rubio frente a él y le fue imposible apartar la mirada.
—¿Por qué me miras así? — preguntó Christofer sonriendo — ¿Aún sigues en shock por el susto o qué?
—No — negó con la cabeza — tu ropa.
—Oh ¿esto? — se señaló a él mismo — por fin pude comprar ropa de mi gusto, estaba harto de los colores aburridos — sonrió achinando sus ojos — ¿Qué tal me veo?
—Te ves bien — sintió que estaba por sonrojarse así que desvió la vista y se dirigió a su ordenador — te ves demasiado tú.
—¿Demasiado yo? — frunció el ceño — tomaré eso como un cumplido — se sentó frente a su ordenador.
—Totalmente lo fue.
En diversas ocasiones el rubio se había quejado de no contar con ropa que fuese de su estilo, diciendo que extrañaba su antiguo armario. Sabía que iría de compras junto a Lina y Ever, pero nunca imaginó que ese fuese el estilo al que se refería.
Se miraba totalmente increíble y no mentía al decir que su atuendo sí reflejaba su personalidad. Le resultaba genial cómo Chris era demasiado él, sin importarle nada más que ser feliz.
Quizás estaba exagerando, pero se encontró a sí mismo levantándose cada pocos minutos ya fuese para fingir que tomaba agua o que revisaba papeles en su estante, pero todo aquello solo era una excusa para poder mirar al deslumbrante rubio que llevaba un pantalón color beige estilo slim fit, camisa manga larga en rosa pastel, zapatos y cinturón combinados en color café.
Más tarde Daniel llegó a la oficina para entregarles unos documentos y no tardó en decirle al rubio lo bien que lucía. También se acercaron los chicos y hablaron un poco de esto y lo otro, por supuesto no dudaron en elogiar a Chris.
**
En las últimas semanas el rubio lo había sorprendido cada día llegando a la oficina luciendo diferentes conjuntos perfectamente combinados alternando colores pasteles con neutros. Era impresionante lo bien que lucía.
También había intercambiado muchos mensajes con el rubio, empezó con cortos saludos y ahora podían hablar ya fuese sobre temas elaborados o simples mensajes randoms durante largas horas como si no se hubiesen visto en años o como si no supieran que al día siguiente se encontrarían en la oficina.
En una ocasión el rubio le había preguntado si podía escribirle en las madrugadas, cuando algunas pesadillas lo despertaban o simplemente ideas locas que llegaban a su mente. En más de una ocasión su celular había sonado en medio de la madrugada con mensajes tipo "soñé que tenía superpoderes ¿Te imaginas? ¡Sería genial! Si pudieses elegir ¿Cuál superpoder quisieras?" o "no puedo dormir :c esta noche vi un reportaje donde se dice que el quokka es considerado como el animal más feliz del mundo". En cualquier otra ocasión se hubiese molestado y hubiese maldecido a la persona que se atrevió a despertarlo en medio de la madrugada, pero con él era todo lo contrario.
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Tequila & Café
RomanceChristofer y Edward, dos polos totalmente opuestos que estaban destinados a conocerse y por circunstancias del destino deben comenzar a trabajar juntos. Al ser dos mundos diferentes la vida de Edward cambiará por completo porque por más que se resis...