Capítulo 18: Roto I

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Los minutos pasaron, estaba inmóvil mirando directamente por donde Edward se había marchado, tenía la pequeña esperanza de que el castaño regresaría y podrían hablar sobre lo que pasó, pero fue inútil, él nunca volvió a la oficina.

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Edward salió de la oficina con un nudo en su pecho, esperaba que Christofer no fuera tras él porque necesitaba estar solo. Subió a su auto y se marchó a casa, quería estar bajo sus sábanas y maldecirse por lo cobarde que había sido, por lo egoísta que fue al besar al rubio. Quería desaparecer.

Llegó a su hogar, una suerte que sus padres estarían de viaje por dos semanas así que la residencia estaba completamente vacía, a excepción de los empleados de la casa. Corrió hacia su habitación con las lágrimas saliendo descontroladas, se acostó en la cama y hundió su rostro en las almohadas, se permitió llorar todo lo que quisiese sintiéndose como el niño pequeño de años atrás.

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Pasaron dos días y no sabía nada sobre Edward, no respondía los mensajes ni llamadas. Estaba preocupado por él así que decidió no esperar más a que apareciera, él iría a buscarlo al salir del trabajo. Estaba organizando el escritorio antes de salir de la oficina cuando la puerta se abrió, mierda su corazón casi se detiene.

—Perdón por decepcionarte, pero no soy Edward — Daniel entró a la oficina y cerró la puerta a su espalda — en serio me lastimó ver tu rostro tornándose triste al ver que no era Edward quién entró — tomó asiento en la silla de Ed.

—Lo lamento, me alegra mucho verte Dan, pero en serio creí que era él — Chris suspiró, no podía ocultar lo triste que se sentía porque creía que había arruinado todo con Ed.

—Oye — Daniel le tomó una mano — sé que no te contesta las llamadas ni mensajes, pero está en casa y ahí está seguro.

—Está molesto conmigo — comenzó a decir el rubio mientras frotaba sus manos sobre su rostro — no quería darle un beso así de repente, bueno sí quería y desde hace mucho tiempo, pero no lo planeé solo pasó y... y... — Chris frunció el ceño — ¡Espera! ¿Cómo sabes esto? ¿Cómo sabes lo que pasó? ¿Él te lo contó? — Se puso de pie de golpe y comenzó a caminar de lado a lado.

—Cálmate — Daniel fue hacia él, lo tomó por los hombros y se sentaron en el sillón ocre — Respira por favor no quiero que mueras acá. Escúchame, lo sé todo. Edward nos llamó a Alex y a mí hace dos días para contarnos todo.

—¿Me odia? — preguntó preocupado — ¡Ya lo sé! Te envió a ti para que me despidieras y me dijeras que no quiere verme nunca — sentía las lágrimas acumulándose en sus ojos — Yo no quería esto Dan, te juro que no lo quería, bueno sí lo quiero a él y mucho, pero no quería que las cosas se pusieran así de mal.

—Chris en serio relájate — Dan suspiró — no te odia, no te odia para nada. Las cosas son mucho más complicadas, pero no te odia — vio a su amigo sacar su celular y textear algo rápidamente. En menos de unos segundos la puerta de la oficina volvió a abrirse, se puso de pie y la decepción volvió a inundarlo cuando vio que no era Ed quien entraba a la oficina, era Alex... espera ¿Alex?

—Lo que me faltaba, primero el hermano mayor y ahora aparece el mejor amigo. Ya díganme la verdad — Chris volvió a tomar asiento en el sillón — ¿Los envió a ustedes para matarme o hacer que me aleje de él para siempre?

—Justo como Edward te describió — Alex se paró frente a él con los brazos cruzados y sonrió — todo un dramático, un "rubio dramático y molestoso" — imitó la voz de Ed.

—Chris, yo quiero disculparme contigo — Daniel carraspeó — Te mentí cuando nos encontramos la noche anterior por primera vez en Drink&Chill, no solo te di el trabajo porque quería ayudarte o pagarte por las veces que me has ayudado. En realidad, lo hice por Edward.

Tequila & CaféDonde viven las historias. Descúbrelo ahora