Capítulo 8: Nuevo en la universidad

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Se sentía como el pequeño de 8 años que se emocionaba por ir al parque recreativo para hacer nuevos amigos. De verdad le encantaba conocer a nuevas personas así que estaba más que ansioso por su primer día en esa universidad. La universidad era inmensa pero no le costó encontrar su salón de clases, así como tampoco le fue difícil saludar a todos sus compañeros y entablar pequeñas conversaciones.

Para la hora del almuerzo ya se encontraba en una mesa de la cafetería junto a dos chicos que había conocido en medio de las clases. Frente a él estaba Cecilia y Everson. Lia tenía largo cabello a la altura de las caderas. Usaba tenis en color blanco, una falda circular negra a la mitad de sus muslos y un suéter ajustado con rayas horizontales combinando los colores beige y ocre.

Ever era un chico de su misma estatura, cuerpo muy bien notificado, brazos musculosos y cabello negro. Usaba zapatillas urbanas converse negras, jeans celestes rasgados de una pierna y camisa negra manga corta. Como accesorios usaba una cadena de plata que caía sobre su pecho y varios tatuajes adornaban sus brazos. Era curioso, Ever tenía esta pinta de chico rudo y con su marcada mandíbula era intimidante, pero cuando sonreía su rostro era bastante tierno.

—Entonces eres un tipo de cerebrito en el área de la publicidad, marketing y comunicaciones — dijo Lia mientras comía una hamburguesa.

—Algo así y también me gusta la fotografía, soy bueno en eso — respondió el rubio dándole un sorbo a su bebida.

—Con razón te aceptaron a mitad de carrera, eso es bueno — Ever también comía una hamburguesa.

—Ya verás que te irá de maravilla y nosotros estaremos contigo para ayudarte. Ahora eres uno de los nuestros — Lia le sonrió de forma tierna.

—Gracias, chicos, ustedes son geniales — sonrió.

—Lo sabemos — dijeron al unísono mientras chocaban las palmas de sus manos.

—Debo irme, no quiero llegar tarde al trabajo y todavía debo pasar a cambiarme — el rubio se puso de pie.

—¡NOS VEMOS! — respondió el par.

Christofer estaba feliz porque las clases habían sido buenas, se sentía cómodo con los maestros y sobre todo había conocido a muchas personas, aunque sus favoritos fueron Lia y Ever, ese par eran simplemente geniales y sabía que la pasarían bien.

Su nueva vida estaba empezando a acomodarse poco a poco.

**

—¡Hola! Ya estoy en casa — saludó con energía cuando abrió la puerta de la oficina y vio a Edward tras el escritorio.

—Oh rayos, adiós tranquilidad y silencio — el castaño frotó sus manos sobre su rostro.

—No te hagas el duro, sé que morías por verme — bromeó acomodándose frente a su ordenador.

—Quisieras — rodó los ojos, pero estiró su puño para que el rubio lo chocara a manera de saludo.

—Como sea. Ponme al tanto de cómo va todo por acá.

Luego de largas horas hablando sobre la campaña de Fashion Chic con la que estaban trabajando, Christofer se puso de pie para estirarse y tomar agua.

—Yo sí te extrañé, para que lo sepas — estaba frente a la ventana apreciando toda la hermosa vista de la ciudad.

—Sí, claro — escuchó un hilo de ironía en su voz.

—No es mentira, extrañaba ver esa cara amargada que tienes — bromeó mientras se acercaba a Ed.

—Pues te jodes porque es la única cara que tengo, aunque esté horrible — el castaño no apartó la vista de su ordenador, pero el rubio notó el desprecio en sus palabras y eso lo hizo fruncir el ceño.

Tequila & CaféDonde viven las historias. Descúbrelo ahora