Capítulo 26: Mi pasado - Papá

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—Desde los 6 años comencé a tener gustos por la ropa llamativa, papá siempre se enojaba porque él quería que me vistiera "como un chico". Mamá me defendía y gracias a ella papá me permitió vestir con colores rosas, con estampados de brillos e incluso anduve un tiempo con el cabello hasta los hombros y muchas veces fui confundido con una chica. Vivíamos acá en la ciudad, pero cuando cumplí 8 años nos mudamos afuera de la ciudad. Yo creí que quizás en el nuevo hogar papá sería más cariñoso, pero estaba equivocado.

—¿Tenías el cabello largo? Apuesto a que te veías precioso con tus rubias ondulaciones — Ed le revolvió el cabello.

—Por supuesto que sí — el rubio sonrió — mamá le decía a papá que era solo una etapa de niño pequeño y que luego lo superaría, pero eso no pasó. Cuando tenía 15 años yo ya sabía que era gay, y no lo oculté, pero tampoco reuní a mis padres para decírselos porque me puse a pensar que los chicos heteros no reúnen a sus padres para decirles "mamá, papá, me gustan las chicas. Perdón por sentirme atraído por alguien del sexo opuesto", entonces yo no tenía por qué hacerlo.

>> Tita fue la primera en descubrirlo, siempre sentí que ella ya lo sabía desde aquel día cuando tenía 8 años y conocí al primer niño que me gustó.

Tita siempre me apoyó y me daba los mejores consejos para mantener mi seguridad y autoestima intacta. Sin ella no hubiera logrado conocerme a mí mismo y aceptarme. Luego mamá lo supo, estábamos almorzando y ella no dejaba de decir lo linda que era la hija de su amiga Anne, entonces le respondí: "Becky es muy hermosa y de eso no hay duda, aunque prefiero a su hermano Ander, él está mucho mejor" <<

—¿Ander? No me está gustando tu historia, rubio molestoso — Ed le hizo pucheros.

—No te pongas celoso, eres el más guapo de todos — Chris depositó un beso en su cuello — Papá viajaba mucho y cuando estaba en casa siempre discutíamos porque no aceptaba mi forma de vestir. Así que prefería estar en casa de Harry para no discutir con papá.

>> Pasamos muchos años en la misma situación, siempre era lo mismo: muchos gritos de su parte. Me exigía que cambiara mi forma de vestir. Desde pequeño me volví muy bueno con la cámara fotográfica, así que empecé a trabajar de fotógrafo y vendía mis artes para muchas revistas, así como vendía muchas ideas para proyectos publicitarios. Ese dinero lo iba guardando en una cuenta bancaria, ese pequeño ahorro luego me salvó la vida.

El 31 de diciembre pasado, Harry había llegado de visita a casa de sus padres como todas las fechas festivas. Fuimos a caminar y a comer un helado, estábamos sentados frente a la heladería cuando vi pasar el vehículo de papá. Cuando llegué a casa encontré a mis padres discutiendo en la sala principal.

Papá estaba furioso y cuando notó mi presencia me empujó contra una pared y me dijo que me había visto en la tarde con un chico. Me preguntó si acaso yo era gay.

Le dije que el chico era Harry, mi mejor amigo. Le dije que sí era gay, pero que nunca había intentado ocultárselo y si no lo había notado era porque no me escuchaba ni prestaba atención.

Papá se alteró tanto que empezó a golpearme con mucha fuerza. Me rompió el labio y la nariz no dejaba de sangrar, mamá le suplicaba que me dejara en paz.

Estaba tirado en el suelo, no podía moverme a causa del dolor. Papá me levantó por el frente de mi camisa y me preguntó si de verdad era gay, le dije que no mentía y volvió a tirarme al suelo.

Yo tenía la vista borrosa y el dolor no se quitaba, escuchaba a mamá defenderme y papá me dijo que el hecho de que me vistiera o actuara afeminado lo había aceptado solo por mamá, pero no iba a permitir que fuera gay y que si esa era la vida que quería llevar que me olvidara de que era su hijo. Entonces me arrastró por el piso hacia la entrada de la casa, me dio a elegir si me comportaría como "un hombre de verdad" o si prefería irme para siempre.

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