Capítulo 24: Eres hermoso

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—Mierda — dijo Christofer en tono bajo cuando Ed había terminado de contarle su pasado — nadie merece sufrir como tú lo haces.

—Pero tampoco nadie merece cargar con mis problemas, en especial tú — suspiró cansado.

—¿De qué hablas? — Christofer le acunó el rostro entre sus manos.

—No sé cómo lo lograste, pero cuando estábamos juntos me dabas tanta confianza y seguridad, Christofer. Creí que mi viejo yo había sido enterrado en lo más profundo, pero contigo luchaba por volver a salir. Aunque mis inseguridades siempre terminaban ganando, y fue por eso que aquella vez salí de la oficina. Mientras nos besábamos, tú tocaste una zona de mi cuerpo que es la que más odio y entonces solo quería escapar. También cuando entraste ayer a mi habitación, yo estaba solo en toalla y eso me hizo perder el control porque no quería que me vieras, no quería que tuvieras asco de mí al ver las estrías en mi piel — las lágrimas de Edward comenzaron a bailar por sus mejillas.

—Lo siento mucho — El rubio suspiró y sus ojos ámbar se comenzaban a cristalizar.

—No, no quiero que lo sientas — Ed negó con la cabeza — ¿Ves? A esto me refiero. Te mereces a alguien tan extrovertido como tú, alguien que pueda vivir sin importarle lo que los demás piensan. Te mereces estar con una persona que no tenga estas inseguridades — suspiró — te mereces algo mejor.

—Y tú te mereces ser feliz —Christofer unió sus frentes — mis palabras ahora quizás no valgan nada para ti, pero si me lo permites, quiero pasar el resto de mis días haciéndote feliz y ayudarte a sanar tus heridas. Dame la oportunidad de demostrarte cuán valioso eres, por favor — el rubio depositó un fugaz beso en los labios de Ed — por favor, por favor, por favor.

—Quiero mostrártelas, antes de que me gane la inseguridad — se separó un poco del rubio y empezó a desabotonar lentamente su camisa, sus manos temblorosas le dificultaban concluir la acción. Hasta que finalmente, terminó con el torso desnudo frente a Christofer.

*

Cuando Edward comenzó a contarle la historia de su pasado sentía cómo poco a poco el corazón se le iba apretando en el pecho. Siempre tuvo la idea que algo le había pasado al castaño que afectó su autoestima, pero nunca se imaginó algo como lo que le contó.

Edward terminó de quitarse la camisa y la dejó a un lado de la cama. Tenía el rostro completamente rojo y evitaba el contacto visual. Era la primera vez que lo veía con el torso desnudo, también se sentía un poco nervioso y sintió cómo el calor se instalaba en sus mejillas, porque no podía mentir, Edward sí que tenía un cuerpo malditamente bien trabajado.

No tardó en ubicar las estrías que atormentaban a Ed, estaban justo en los pliegues de sus axilas y unas cuantas en la parte interna de sus brazos. ¿Por qué Nicole había hecho tanto alboroto por eso? Sí se marcaban bastante y su color era notorio, pero no era nada repugnante de ver. Para Christofer, era lindo poder verlas porque eran parte de Edward.

Se inclinó hacia Ed, incitándolo a que se acostara sobre su espalda. Esperaba no sobrepasar la confianza que el castaño le estaba dando, pero sus dedos picaban por tocarlo, así que eso fue lo que hizo.

Deslizó suavemente sus dedos sobre la piel de Edward, siguiendo el patrón de la marcada v sobre su abdomen y su six pack. Se permitió apreciar la hermosa vista frente a él.

Desplazó el toque hacia sus estrías, sintió cómo Ed se tensó al inicio, pero con suaves besos sobre sus mejillas y palabras tranquilizadoras logró relajarlo.

Tomó su barbilla para asegurarse de verlo a ojos, se acercó y rozó suavemente sus labios contra los del castaño, lo tenía demasiado claro, ya no sería capaz de alejarse de Edward. Su corazón se estremeció ante la mirada vulnerable que recibía.

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