Un fuerte ruido proveniente de su estómago hizo que se despertara, parpadeó unos segundos sintiéndose desubicado en medio de la oscuridad hasta que un cuerpo junto a él se removió en su pecho fue que recordó en dónde estaba y por qué, no sabía cuánto tiempo había pasado.
Intentó girar sobre su espalda para buscar su celular, pero el fuerte agarre de Edward se lo impidió, así que decidió volver a su posición y acariciar su cabello. Era extraño, recordaba que la luz del cuarto estaba encendida cuando se acostaron.
Estaba por quedarse dormido otra vez, pero su estómago suplicando por comida se lo impidió y esta vez Edward despertó.
—Parece que tienes hambre — dijo Edward con la voz amortiguada.
—Un poco — y en ese momento su estómago volvió a rugir.
—Le pediré a Rita que te prepare algo, ella cocina rico — ofreció.
—No quiero ser una molestia.
—Para nada — Ed bajó de la cama — cierra los ojos, encenderé la luz
Obedeció y cerró los ojos, parpadeó varias veces para acostumbrarse a la repentina claridad que inundaba la habitación.
Edward no lo vio a los ojos en ningún momento, le extendió la mano para que la tomara y lo guio al primer piso. Esta vez se volvió a permitir observar la casa, sin duda parecía una enorme mansión. La cocina era amplia pero no había nadie en ella, Ed lo dirigió a la sala de estar y ahí se encontraron con Daniel y Alex, quienes estaban sentados en el amplio sillón frente al televisor.
—¿Alex? — preguntó el castaño y ambos chicos se pusieron de pie de golpe y caminaron hacia ellos.
—Mírate — Daniel acunó el rostro de Ed — hermanito.
—Hola — Alex palmó su hombro y abrazó al menor de los castaños.
—¿Qué haces aquí? — preguntó Ed.
—Estaba preocupado por ti, quería asegurarme que te encontrabas bien — Alex bajó su vista y se detuvo justo en donde las manos del rubio y Ed estaban entrelazadas, sonrió de medio lado sin decir nada.
—¿Dónde está Rita? Quiero pedirle que por favor le prepare algo de comer a Chris.
—Todos están dormidos Ed, son casi las 3 am — respondió su hermano.
—Creo que debería irme — replicó el rubio, pero Edward apretó muy fuerte su mano.
—Hay espacio suficiente para todos, quédense esta noche — dijo Daniel y se dirigió hacia la amplia cocina llevando consigo a Alex — les prepararemos unos sándwiches, ustedes esperen en la sala ¿de acuerdo?
Edward asintió y lo llevó hacia el sillón enfrente de la tv, el mismo donde habían encontrado a Alex y Daniel, se sentía un poco extraño porque Edward no le dirigía la palabra ni lo miraba a los ojos, pero en ningún momento soltó su mano y al sentarse en el sillón a esperar la cena Ed se había recostado sobre su hombro y jugó con sus nudillos, en ese momento notó que el castaño tenía sus nudillos rojos como si hubiese dado fuertes golpes "cuando estaba en el cuarto de baño" pensó.
Comieron los sándwiches que les prepararon, se quedaron en la sala un rato esperando a que hicieran la digestión y mientras tanto aprovecharon para hablar un poco, fue ahí donde supo que Daniel y Alex habían subido a la habitación al ver que no aparecían y entonces los encontraron durmiendo, así que les apagaron la luz. Luego de conversar vieron la película que Dan y Alex habían dejado en pausa.
No duraron mucho tiempo despiertos, cada uno fue a su respectiva habitación. Creyó que dormiría en algún cuarto de invitados al igual que Alex, pero Edward lo guio de vuelta a su pieza. Le prestó un conjunto de pijama (sí, le quedaba un poco flojo) y se acostaron nuevamente sobre sus costados para que pudieran abrazarse mientras Ed escondía el rostro en su pecho.
ESTÁS LEYENDO
Tequila & Café
RomanceChristofer y Edward, dos polos totalmente opuestos que estaban destinados a conocerse y por circunstancias del destino deben comenzar a trabajar juntos. Al ser dos mundos diferentes la vida de Edward cambiará por completo porque por más que se resis...