Capítulo 15: Color vino

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Las visitas a casa de Lina los fines de semana se habían convertido en una rutina que le gustaba mucho. Escuchar a la banda practicar, charlar con Lina sobre diversos temas y por supuesto seguir en compañía del rubio, era una rutina de la que no se quejaría nunca.

Para él era muy difícil hacer nuevas amistades, pero fue diferente con Ever y Lina. La amistad había crecido tan rápido, como si llevaran años conociéndose. La banda tocaría esa noche en el restaurante urbano por Halloween, así que esperaban a Pat y Rob para irse juntos, como siempre solían hacerlo.

Estaban en la sala principal sentados al estilo indio sobre el piso, en la mesa de centro había una amplia colección de esmaltes en diferentes colores. Lina pintaba sus uñas de rosa pastel, Ever de negro y Chris no decidía qué color elegir entre tanta variedad.

—¡Es demasiado difícil! Hay tantos colores que no puedo decidir — el rubio estaba en modo drama total.

—¿Por qué no te pintas cada una de un color diferente? Así tendrías 10 colores distintos — sugirió Ever.

—Suena tentador, pero ya decidí cuál quiero — tomó el color vino. Empezó a aplicar el producto, pero se salía mucho por los bordes así que empezó a dramatizar que era el peor pintándose las uñas.

—Dame eso — Ed tomó el producto y le limpió el desastre que había hecho en sus uñas. Cuando estaba listo comenzó a pintarle una por una como un experto profesional.

—¡Wow! ¡No sabía que fueras tan bueno, Ed! — Lina tenía una graciosa expresión de asombro.

—Solía pintarle las uñas a mamá desde pequeño, así que me hice un profesional — sonrió orgulloso.

—Para la próxima quiero que pintes las mías, si comparamos siento que he hecho un desastre — Ever estaba haciendo pucheros como un niño pequeño.

—Opino lo mismo — Lina copió su expresión.

—No se hagan ilusiones, Edward solo me pintará las uñas a mí, ustedes no son dignos — el rubio estaba peleando como niño pequeño y les sacó la lengua.

*

En medio de la infantil pelea que tenían, el timbre de la casa sonó, Lina y Ever fueron a recibir a Pat y Rob. En ese momento el celular del rubio comenzó a sonar y como le era imposible responder le pidió a Ed que lo hiciera por él y pusiera el altavoz.

Al segundo de responder escuchó la voz de Tita, sonaba muy molesta y preocupada. Le reclamó por qué no le había dicho que estaba en la ciudad, estaba en modo madre protectora. La llamada duró un par de minutos, pero antes de finalizar Tita dijo algo que seguramente llamó la atención del castaño porque lo vio tensarse en su lugar y fruncir el ceño.

¡No puedo creerlo! Sabía que tu padre no estaría de acuerdo con que fueras gay, pero nunca imaginé que llegaría a eso. Estoy orgullosa de ti, corazón. Debes de luchar y defender quién eres porque nadie tiene el derecho de decirte qué se supone que debas ser. Como te lo he dicho siempre, si alguien no está de acuerdo con tu orientación sexual entonces déjale ir porque sabrás que no aportará más que críticas destructivas a tu vida. Espero que ese hombre recapacite porque es una pena perderte. Promete que me visitarás pronto, hablamos luego.

*

Cuando la llamada finalizó, un silencio incómodo se apoderó del ambiente.

—No tenemos que hablar sobre ello en este momento — se apresuró a decir Ed, porque sabía que a veces se prefiere guardar temas personales para uno mismo.

—Gracias — susurró —no pienso ocultártelo para siempre, pero preferiría hablarlo en otro momento — el rubio le sonrió culposo.

—Descuida, sé perfectamente que hay temas privados que prefieres guardar. Cuando estés listo para hablar, lo harás. No hay prisas — le sonrió para tranquilizarlo, pero en el fondo sí tenía curiosidad por saber qué había sucedido entre el rubio y su padre. Recordó que mientras volvían del parque Verdes Pinos, Chris había tenido una pesadilla y había mencionado a su papá.

Tequila & CaféDonde viven las historias. Descúbrelo ahora