Llevaba unos cuantos días un poco mal. Empecé el lunes a entrenar otra vez con Shoto, pero aun me molestaban las heridas, había perdido muchas clases y estaba un poco perdida. Las heridas cicatrizaban y eran molestas. Pero mas molesto era que todo el maldito colegio estuviese pendiente de mi. Salí en las noticias, así que todos venían a cotillear. Y para colmo, Katsuki seguía ignorándome.
Llevo horas dando vueltas en la cama para nada. Tengo el sueño un poco trastocado con las pastillas que me recetó para el daño cerebral. Joder. Necesitaba dormir para poder rendir al día siguiente en clase. Intenté dormir durante unos minutos más, pero finalmente me rendí. Quedaban dos horas para que sonase la alarma. Me puse ropa cómoda y salí de mi cuarto.
Estaba todo oscuro, ya que aún era noche. Si no podía dormir, un poco de aire fresco me ayudará a calmarme. Este mundo es demasiado complicado. Me acordé de como era mi vida meses antes de entrar a la U.A, me acordé de mis padres y de Daiki. De la escuela y de lo inocente que era. Estaba tan inmersa en mis pensamientos que me sobresalté cuando sentí una presencia a mi lado.
- Cálmate, maldita del tiempo, soy yo - dijo Katsuki apoyándose en la barra del balcón.
- ¿Qué haces aquí tan temprano? - le pregunté sin mirarle.
- No podía dormir, salí a darme una ducha y cuando volvía al dormitorio te vi - me explicó - ¿Y tu qué? ¿ah?
- Yo tampoco podía dormir, la medicación es una mierda - le expliqué y él sonrió. Nos quedamos en silencio unos minutos, disfrutando del aire de la noche y los sonidos nocturnos. - Katsuki, ¿por qué no me dijiste que habías venido todos los días a verme cuando te lo pregunté? - Le dije directamente. Llevaba días dándole vueltas a lo mismo
- Esto.. joder... ya sabes como soy... no se me da muy bien... expresarme - me dijo nervioso - No quería que supieras que te estuve cuidando, eso me hace parecer jodidamente débil - me confesó mirándome a los ojos.
- Eso te hace parecer jodidamente lindo - le contesté y se sonrojó - ¿Por qué no me diste las flores cuando me las compraste?
- Iba a hacerlo... pero el maldito de las mitades ya se me había adelantado - me dijo apretando la barandilla.
- Igualmente podías haber entrado.
- Os veía demasiado bien juntos como para joder nada, no quería molestar - contestó molesto, apartando la mirada
- Vaya, así que es verdad que estas celoso - le dije divertida y él se sonrojó otra vez.
- Siempre estáis tan bien juntos.. joder, yo también quiero que me sonrías así, yo también quiero poder darte chocolate y cogerte de la cintura. También quiero entrenar contigo y que me hagas masajes... pero soy un puto imbécil, y no puedo expresar lo que siento y pienso. Joder, es frustrante. Doy asco - me confesó triste y yo le miré.
- Katsuki, mírame - cogí su cara entre mis manos y le obligué a mirarme - No das asco, así que no vuelvas a decir eso. Se lo mucho que te ha costado decirme esto, te lo agradezco. Puedes hacer todo lo que has dicho conmigo, tan solo tienes que encontrar una forma de hacérmelo saber.
Katsuki me agarró por la cintura y me atrajo hacia él. Se acercó lentamente a mi y me besó dulcemente. Yo le correspondí. Esta vez era diferente a las otras, ahora me besaba con amor.
- Tengo una forma de hacerte saber lo que siento - me cogió de la mano y me condujo a través de la residencia. Subimos varios pisos y nos plantamos delante de una puerta. Katsuki sacó una llave y subimos otras escaleras. Estábamos en la azotea.
-Yo me acerqué a la pared y pude ver las vistas espectaculares de toda la ciudad. Bakugou se acercó por detrás, me abrazó la cintura y puso su cabeza en mi hombro.
- Este lugar es una puta maravilla. Es mi lugar secreto - me dijo al oído. Yo no podía parar de admirar las vistas
- ¿Cómo has conseguido entrar aquí?
- No viene nadie, simplemente le pedí la llave a un profesor para "entrenar" y nunca me la pidió de vuelta. Mira, ven - cogió mi mano y me guio a través de la azotea.
Había un gran colchón con mantas, un armario pequeño al lado y hasta una estantería con comics. Yo alce la ceja divertida
- La idiota de las creaciones me agradeció el haberle salvado en ese entrenamiento, y para recompensarme me hizo todo esto. Cuando no puedo dormir o estoy demasiado cansado de todo subo aquí y me relajo. Me ayuda a ordenar mis pensamientos. Eres la primera persona a la que se lo enseño.
- Es un sitio precioso. Muchas gracias por compartirlo conmigo - él me sonrió de lado y yo me acerqué a Katsuki, uniendo mis manos alrededor de su cuello - perdona todo lo que te dije, no quería decir eso.
- Tsk, cállate - me contestó sonrojado y comenzó a besarme.
Nos tumbamos en el colchón, sentía su peso encima de mi. Lo había extrañado mucho. Katsuki me besaba lento, disfrutando del momento. De vez en cuando nos separábamos para coger aire y entonces me miraba dulcemente y me acariciaba la cara. Vaya, este es un Bakugou completamente distinto al normal. Seguimos besándonos y el rubio empezó a sacar mi camiseta.
- Katsuki...
- ¿Ah? - preguntó, mirándome confundido
- ¿Esta bien que lo hagamos aquí?
- Tranquila, idiota, no puede subir nadie, he cerrado con llave - yo sonreí y él plantó un beso corto en mis labios - además, quiero que esta vez sea especial.
- ¿Especial?
- Esta vez te voy a hacer el amor, así sabrás todo lo que siento por ti - y tras decir esto comenzó a besar mi cuello, dejando leves marcas. Yo empecé a mojarme y a jadear de excitación - joder, echaba de menos ese sonido.
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Lo siento por cortarlo aquí, se lo compensaré en el siguiente capítulo.
¡PLUS ULTRA!
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¿Quieres jugar?
Hayran KurguMe llamo Brooke Shuzuki. Tenía que haber ingresado en la U.A hace un mes pero un desafortunado ataque lo impidió. Estoy aquí para convertirme en una heroína y huir de mi pasado, un pasado que cada vez me está pesando más. ¿Seré capaz de poder con to...