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Había una vez un pequeño príncipe que había nacido con todo lo que uno pudiera desear, riqueza, belleza, amor... Siempre fue cuidado con mucho cariño, cuando el príncipe pedía algo se le daba al instante, recibía la mejor educación y atención posible.

Lo que quería lo tenía sin dificultad alguna. Probablemente es por eso que llegó a tener una actitud altanera. Era egoísta y arrogante, aun así, siempre estaba rodeado de personas que lo adulaban.

La belleza del príncipe Taehyung destacaba de entre todos. Era admirado por eso mismo. A primera vista nadie pensaba lo soberbio que podía llegar a ser.

Una noche fría, alguien tocó a su puerta. Era una anciana que pedía resguardo de una helada tormenta a cambio de una sola rosa. Él no dudo en rechazarla al ver la vestimenta que traía. Parecía una vagabunda... Parecía.

La anciana le advirtió que no se dejara engañar por las apariencias, pues la belleza se encontraba en el interior... El príncipe la ignoró y nuevamente la rechazó, corriéndola de su hermoso castillo.

Ese error le costó todo.

En un parpadeo la anciana cambió de forma a una hermosa hechicera, el príncipe se percató de su error al instante y trató de obtener su perdón, pero era tarde, ella vio que en el corazón del príncipe no había amor y al sentirse ofendida de aquel trato, como castigo, hechizó al príncipe.

La maldición consistía en que, por las noches, Taehyung dejaba de ser hermoso y se convertía en una bestia tenebrosa. La rosa que le había ofrecido resultó estar encantada. Esta comenzaría a marchitarse, y si él no lograba llegar a amar y ser amado verdaderamente antes de que cayera el último pétalo, se quedaría así toda la vida.

A Taehyung se le cayó su mundo.

Todo el "amor" que había recibido se desvaneció en un instante, como si nunca hubiera existido. Sus padres, incapaces de soportar la carga de que su único hijo ahora era una bestia, lo escondieron.

Fue mandado lejos a un castillo en las montañas con el único sirviente fiel que le quedó.

Su vida cambió tan rápido. Todos quienes creyó que lo querían le dieron la espalda. Desdicha y tristeza era lo único que sentía.

Cinco años han pasado desde eso. Taehyung se acostumbró a la soledad, su carácter dejó de ser risueño y pasó a ser amargado. La sonrisa ya no era algo que se veía en su cara.

Afortunadamente no estaba completamente solo, Jimin quien era su fiel acompañante le había servido desde hace bastantes años atrás, él fue el único apoyo de Taehyung, manteniéndose a su lado hasta la actualidad.

Jimin era una de las pocas personas con las que Taehyung hablaba, y no solo eso, eran amigos. El príncipe siempre lo trató más de esa manera que como su sirviente, pues eran casi de la misma edad.

Jimin aseguraba que Taehyung no era malo. En verdad se preocupaba por él y quería ayudarlo. Siempre lo alentaba a salir durante el día al pueblo para que conociera a una bella doncella, pero jamás sucedía. Taehyung había desarrollado un miedo al rechazo gracias a todo lo que pasó.

Recibir miradas de desprecio por personas que fueron testigo de su transformación lo marcaron terriblemente, se decepcionó y perdió toda esperanza, después de todo, ¿quién podría amar a una bestia?

Prefería mantenerse aislado a volver a ser repudiado, aun y cuando le costara su belleza. Sabía que su corazón no aguantaba miradas cargadas de asco. Se había rendido sin siquiera intentarlo.

El castillo siempre estaba en un silencio frío y la rosa cada vez se marchitaba más. En el cumpleaños número 20 de Taehyung, Jimin entendió que tal vez sí serían solamente ellos dos para siempre.

Bestia [Taekook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora