Capitulo 14

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El resto de los días que estuvimos de vacaciones lo disfrutamos mucho, dejando atrás lo sucedido en Argentina y la discusión que tuvimos Vitto y yo, la noticia del embarazo ha sido tan bien recibida que no parecemos una familia de la mafia.

Al llegar a Italia Lorenzo y Emilia dieron la noticia, y festejamos hasta altas horas, yo cansada del viaje me despedí y me fui a dormir, al entrar a mi habitación me cambié y me puse un pijama que hay en el placar, no tengo ganas de abrir la valija para buscar la remera de Vitto y me acosté a dormir, no llegué a relajarme cuando ya me dormí.

Me despierta la caricias que tanto me gustan, siempre duermo boca bajo, es mi posición preferida y ahora más.
-Te gusta provocarme, sabes que odio despertarme temprano. -Sigo con los ojos cerrados disfrutando el momento.
-Cariño es mediodía.
-¿Y te parece tarde? -Suelta una carcajada.
-No puedo creer que me haya enamorado de una mujer dormilona.
-Pues si te has enamorado de mi, lamento decirte que si, que te has enamorado de una dormilona. -Comienza a darme besos. -No me di cuenta cuando te acostaste. -Rie a carcajadas.
-Cariño tu cuando duermes no registras ni el apocalipsis.
-Muy gracioso.
-Cariño abre tus ojos comprueba por ti misma lo que te digo. -Abro los ojos y me encuentro en una habitación oscura todos los muebles y decoración de color negro. Me siento en la cama y me doy cuenta que no llevo mi pijama. -Te traje en mis brazos y al acostarte te saqué tu pijama...
-No me digas lo que hiciste con él.
-Cariño te repito con mi remera o así como estás. -Me acuesto y él me sube a su pecho. -Amo estar así. Es el momento que siento paz. -No digo nada, estoy a punto de dormirme. -¿No me digas que te estás durmiendo?
-Tengo sueño. -Tocan la puerta.
-Vitto tenemos que hablar. -Reconocí la voz, es su padre.
-Enseguida voy.
-Vitto es urgente.
Al oír eso se levantó, se vistió y salió, yo al escuchar eso se me fue el sueño, me bañé y me puse una camisa de Vitto, llegué hasta mi habitación y me cambié, estoy desempacando y al abrir un cajón me encuentro la nota. La dejo ahí, primero quiero saber qué es lo que está pasando y luego hablaré con Lucrezia.
Voy a llevar la ropa a lavar cuando escucho a Vitto decir.
-No, se lo voy a decir yo.
-Es una noticia... -Se calla Emilia al verme entrar con la ropa en las manos.
-Buenos días, disculpen que interrumpa, se me hacía feo pasar sin antes saludar voy a llevar esto a lavar. Me giro y voy hasta el cuarto de lavado, meto la ropa al lavarropa, lo programo, salgo de ahí y me dirijo a las escaleras cuando Vitto me llama, me giro y me indica que vayamos al despacho, al llegar los veo a toda la familia Martinelli reunida, me siento dónde me indica, todos están serios.
-¿Vitto qué pasa? -Él se arrodilla frente a mí y dice.
-Cariño, mi padre se acaba de enterar que hace unos días hubo un enfrentamiento entre los presidiarios y la policía, hay muchos heridos. -Yo lo miro a los ojos tratando de entender qué es lo que me involucra eso a mí. -Cariño hubieron muertos y tú tío está entre ellos.
-Vitto explícate. -Digo con apenas un hilo de voz.
-Mi amor... lo siento.
-No, no tienes que sentir nada, mi tío no está herido mi mucho menos muerto, ¿lo entiendes? Él escapó, así que no lo sientas porque él está libre.
-Cariño...
-¡No Vitto él no está muerto, no sé cuál es el informante que dió esa falsa noticia pero desde ya les digo que no murió. -Me levanté con enojo, subí unas escaleras y recordé lo que me dijo que no regresará a la Argentina y que me cuidara, eso ¿era una despedida? ¿él provocó o aprovechó la situación para morir? Caigo de rodillas y comienzo a llorar.
-No tío, no me pudiste hacer esto, no me pudiste dejar sola. -Me abraza de atrás y me dice.
-No estás sola, me tienes a mí y a toda la familia a Martinelli.
-Mi tío tiene que estar vivo.
-Hija he visto la lista y está, he llamado algunos contactos y lo confirman. -Dice con pesar Reinaldo.

Pasé el día llorando en mi dormitorio, le pedí a Vitto estar sola, mi angustia es que no tendría un velorio ni un sepelio, porque nadie reclamará su cuerpo.

Pasé el día llorando en mi dormitorio, le pedí a Vitto estar sola, mi angustia es que no tendría un velorio ni un sepelio, porque nadie reclamará su cuerpo

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La Reina del EngañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora