Capitulo 19

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Al despertarme está Vitto acostado a mi lado, es tan lindo hasta dormido. Se debe haber quedado dormido porque está vestido y acostado sobre el cubrecama.
-No quiso separarse de ti. -Me giro y veo a Lucrezia. Está sentada en el sofá cerca de la cama.
-¿Qué hace usted aquí? No me diga Lucrezia que pasó la noche en ese sofá por mi culpa.
-La respuesta a tu pregunta, estoy intentando que no mates a mi nieto por ser cabeza dura y no querer separarse de ti, y a lo otro me tienes preocupada, una de las chicas te vio tomarte dos pastillas y tu dolor no cedió.
-No podría matar a su nieto por el simple hecho que nunca le haría daño a usted y después porque lo sigo queriendo y...
-Te escuché... ha sido el mejor despertar de mi vida, te prometo... no te juro que voy hacer todo para recuperarte. Te amo demasiado como para dejarte escapar. -Lo miro y sigue boca bajo y sonríe.
-Vamos Romeo que casi caigo con tantas palabras bonitas, debes demostrarlo con acciones, y comienza con pedir el desayuno... -Dice Lucrezia.
-No me gustaría desayunar aquí.
-Tu tienes dos alternativas desayunas aquí o con la familia, tu eliges. -Dice Lucrezia tajantemente.
-Te advierto que cuando mi abuela no duerme está todo el día mandona y no la provoques que sales perdiendo. -Dice Vitto, se sienta en la cama, se acerca me da un beso en los labios y sale corriendo. Su abuela le ríe lo que hizo.
-Cuando no despertaste en la tarde no dejaba de darte besos y hablarte, te ama y con locura. Y cuando lo escuches entenderás muchas cosas...
-¡Buenos días! ¿cómo estás? -Entra Alessia, voy a contestar y ella continúa. -Me alegro que muy bien, porque necesito que te bañes, te cambies bajes desayunemos y nos pongamos a trabajar en mi boda, ya está Alessan...
-¡Buenos días! -Entra de la misma forma que Alessia su hermana y cuñada. -Si que fue fuerte el golpe, pero el golpe se lo hubieras dado a mi hermano no a ti.
-¡Alesandra! Lo que queremos es que se reconcilien, no que alimentes la pelea. -Le recrimina su cuñada.
-Bien, pero si te sirve de algo ha recibido una reprendida por cada integrante de la familia y luego nos explicó los hechos, y todos coincidimos en que fue un tonto, por caer en la trampa de esa vivora.
Me levanté me bañé y luego me cambié en el baño. Al salir Alessia me llevó junto a su hermana y cuñada al comedor, al entrar me freno al ver a Rogelio y Judith en la mesa.
-¿Qué hace ella aquí? -Dice Alessia.
-Vitto nos invitó a desayunar. -Todos lo miramos.
-¿Eso es cierto? -Pregunta incrédula su abuela.
-Si los he invitado. -Lucrezia se quedó mirándolo y como si pudiera leer su mente o se comunicaron con la mirada la verdad no sé que pasó, pero sonrío y se sentó en la punta de la mesa como siempre.
-¿TU ERES TONTO? -Dice Alessia.
-Tu hermano tiene un motivo, ¿verdad? -Dice Lucrezia.
-Así es abuela. -Se acerca a mí y Alessia se queda del otro lado. -Rogelio te presento a Giuliana Grimaldi, o como la conocen en nuestro ambiente, La reina del engaño. La mujer que respeto, confió, admiro y sobre todo amo con locura. Como sabrán no estamos en el mejor momento de nuestra relación pero eso sí, sigue siendo mi mujer y si se te ocurre tocarle un cabello, me va importar una mierda que seas el suegro de mi hermana, te voy a despellejar vivo.
-Me estás amenazando.
-No, te informo a lo que te enfrentas si se te ocurre hacerle algo a mi mujer.
-Ella se burló de mí...
-Ya te has vengado, casi muere por los golpes que recibo. Cuenta saldada. -Dice Reinaldo.
-NOS VIO LA CARA A LOS DOS...
-Si y yo también me lo cobré. Tuvo que intervenir mi suegra de lo contrario la hubiera matado.
-Si tu te conformas con eso es tu problema. -Se levantó y se fue seguido de Judith. Se hizo un silencio hasta que habló Alessia.
-Hermanito cuando tu quieras ser político ya tienes el voto femenino.
-Que bien hablas joio. -Dice Josefa. Me enfrento a él y le digo.
-Gracias por dar la cara por mi, pero te advierto que no conoces con quién, realmente te estás enfrentando.
-Por ti con quién sea. Me muero si te pasa algo. -Me acaricia la mejilla.
-Bueno a desayunar.
-Pero antes voy abrir la ventana para que se vaya la mala vibra que han dejado esos. -Dice Alessandra.
Vitto retira la silla que siempre ocupé a su lado, miré la silla y lo miré a él.
-Por favor. -Dijo con una angustia que me provocó un nudo en la garganta y acepté sentarme a su lado.
Estamos todos desayunando cuando Alessia me pregunta.
-¿Dónde has estado estas dos semanas? Vitto te ha buscado por todos lados y no logró encontrarte un día más y te juro que lo mato con mis propias manos, estaba insoportable. -Sonrei.
-En la mansión del Diablo. -Respondió Lucrezia, dejando a todos paralizados. -No me miren así, ella me pidió que la alejara por un tiempo y quería jugar a ser mucama pues la mandé a limpiar la mansión, ya que saco el tema, ha ido Josefa y dice que has hecho un gran trabajo.
-¿Abuela cómo permites algo así? -Pregunta Vitto.
-Ambos necesitaban ese tiempo, sobre todo a ti. -Lo señala.
-Con la abuela nunca se sabe. -Dice Lorenzo.
-¿Has ido para alejarte de mi hijo o por otra razón? -Pregunta Ornella. Es inteligente la mujer, tengo que responder con la verdad pero sin dar la explicaciones.
-Tenía que buscar respuesta a todo lo que me pasaba y rodeaba.
-¿Y las encontraste? -Preguntó Alessandra.
-En parte.
-¿En parte? -Preguntó Ornella.
-Si, Emilia me ayudó mucho ayer y otra parte la sabré en un futuro.
-¿Cómo qué? -Pregunta Lorenzo.
-Qué es lo que quiere los españoles, por ejemplo.

La Reina del EngañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora