9✓Feliz cumpleaños, Ferideh

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Estaba saliendo de mi casa; no fui siete días a la escuela, necesitaba sanar un poco ese extraño dolor que sentía dentro de mi; quería sanar, simplemente quería dejar todo atrás. Pero yo misma sabia que no podía en solo siete días, sabia que me tomaría más tiempo.

Antes de abrir me devolví por mi dingg que se había quedado en la cama y luego bajé a toda velocidad hacia mi auto, pero paré en seco cuando lo vi. Su cara tenía ojeras notorias y estaba ahí parado al lado de mi auto con flores en su mano derecha, su mano izquierda estaba en el bolsillo delantero de su pantalón.

Lo miré y por un momento mis ojos se volvieron a llenar de agua caliente. Mis lágrimas salían hirviendo, cabe recalcar. Pero respiré profundo, intenté pasar por su lado pero me tomó del brazo con suavidad y me hizo detenerme.

—Solo hablemos, por favor—Me pidió.

Tienes que tener dignidad, Celeste. Dignidad, por favor.

Lo miré por encima de mi hombro, su nariz ya estaba sanando y la mano que sostenía las flores temblaba un poco.

—Ya me lo dijiste todo.—Dije con tanta fuerza.

No supe de donde me salió la fuerza para entrar al auto y salir a toda velocidad. No quería verlo, se supone que había pasando esos días en mi cuarto para por fin intentar sanar. ¿Y se aparece en mi casa de la nada? ¿Y con un ramo de flores?

Está pendejo.

Al llegar noto que todos están esparcidos. Hoy es la fiesta de cumpleaños de Ferideh. Soy la única que no irá.

Bajo de mi auto y me dirijo hacia mi clase de conducta. Camino sintiendo unas cuantas miradas sobre mi, ya me acostumbré a eso.

Mientras estaba sacando unas cosas de mi casillero escucho como todos hablan de la famosa fiesta.

Idiotas.

Cerré el casillero y empecé a caminar en dirección a mi salón, y lo vi.

Salvador venía en mi dirección.

Su mirada cayó en mi, parecía que hoy no había peinado su cabello, sus ojeras se veían a metros, igual que las mías. Dejé de mirarlo y esquivé el hecho de cruzarme con él, tomé otro camino.

°°°°

Hoy se había pasado el día con rapidez. Eran las cinco de la tarde y ahora todos se dirigían a la fiesta de Ferideh. Subí a mi auto y haciendo sonar las llantas salí de allí. Al llegar a mi casa vi que Austin estaba limpiando su moto. Él ignora mi llegada, solo sigo derecho y cierro la puerta sentándome en el sofá.

¿Y ahora? ¿Qué haré?

En unos minutos empieza la fiesta de Ferideh.

Y yo aquí, sola.

Solo pienso en Simeón.

¿Qué quiere de mí?

Me tiene, me deja ir.

Es un idiota y al otro día me trae flores.

Yo solo quiero ser feliz.

Pero me doy cuenta de mi error.

Esa no era la manera y ya tenía que dejar de castigarme por eso. Quería dejar de tener enemigos, ya quería parar con eso, en mi vida había tenido demasiados.

¿Quería hacer las pases con Ferideh?

Si.

Creo que sí.

Lo quería.

Subí corriendo a mi habitación y tomé un vestido corto color negro, bastante hermoso y me metí en él. Hice ondas en mi cabello y me maquillé tapando mis ojeras. Salí de mi casa y pude notar que Austin estaba aún en su moto.

Después De La MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora