Iba caminando hacia mi habitación, ensimismada en mis pensamientos y en todo lo que había vivido en este lugar. Los que creía mis amigos me habían traicionado de nuevo, pero no podía culparlos. Tal vez yo era una persona difícil.
—Sígueme—Me llamó Abdon. No quería seguirlo, pero no tenía otra opción. Igual sabia el destino, no había marcha atrás.
Este me llevó a la sala central donde estaban todos los aparatos que algún día me mostró, en el que me confesó que este lugar se estaba cayendo literalmente, en el que nos enrollamos unas cuantas veces. Allí su consejo estaba reunido; todos estaban al tanto de sus movimientos.
—¿Tus amigos no confiaron en ti?—Me asombró que lo supiera, pero recordé que no es un hombre al que haya que subestimar.
—¿Cómo sabes eso?—Pregunté curiosa.
—Lo sé todo aquí, así como sé que su amiga Terra volvió. Ustedes son muy predecibles.—Me miró y rió.
Antes de que pudiera contestar algo, un gran portal se abrió. Este portal estaba conectado a las máquinas que revelaban el estado de este lugar. Era de color azul brillante y parecía ser el inframundo o el purgatorio; cualquiera de las dos opciones era mala.
Para todos.
—Todo lo que pase de ese portal, gracias a la conexión de todos los elementos, será destruido, y este lugar será poblado nuevamente con muertos que tengan dominios especiales. Así que el exterminio que ha venido hasta ahora se completará esta noche.—Explicó Abdon.
Puto loco.
—Pero no tienes todos los elementos.—Pensé en voz alta. Todos giraron su mirada hacia mí, incluso Abdon.
—Presiento que mi amigo Abundio vendrá.—Confesó. Ahora sí estaba más confundida que nunca, porque Abundio era el quinto elemento faltante, con el cual todo se completaría, pero eso ya todos lo sabíamos, lo que me tenia confundida era saber como mierda Abdon se habia enterado de todo lo que pasaría.
De los que vendrían para evitar la destrucción de este lugar.
El portal soltaba un frío tenebroso, y Abdon no pudo decir una palabra más antes de que Ferideh y mis demás amigos llegaran, junto con Terra.
—No tardaron mucho—Se mofó Abdon.
Ferideh y Terra hicieron contacto visual conmigo para verificar que estuviera bien. En cambio, Simeón y Austin se miraban mutuamente con complicidad, una mirada que pude descifrar. Mientras tanto, Salvador no despegaba su mirada llena de odio hacia Abdon.
—Querido, siglos sin verte.—Terra le habló sarcásticamente a Abdon.
—Estaba a punto de ir por ti, lo sabes.—Confesó Abdon, aún más cínico.—Pero quiero saber donde está el anfitrión de esta noche, lo he extrañado tanto.
—Se retrasó, tu sabes que le encanta hacerse esperar. Mientras tanto, podemos exterminar unos cuantos más.—Terra no dejó que Abdon procesara sus palabras. Enterró sus raíces en el suelo, haciendo que atravesaran al consejo de Abdon. Él intentó detenerla, pero mi llama de fuego creó una barrera que no pudo atravesar. Me miró con rabia, y pude detectar una pizca de traición. Siempre elegiré a mis amigos, y él lo sabe.
Después de esa destrucción y de ver los cuerpos ultrajados y abiertos a la mitad, quité la barrera, y solo quedamos Abdon, Ferideh, Salvador y Simeón.
—¿Y Austin?—Pregunté al no verlo, pero luego de detallar bien los cuerpos tirados noté un pedazo de lo que era su rostro.—¿Por que hiciste eso?
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Después De La Muerte
Fantasy¿Te has preguntado que hay después de la muerte?, Celeste no quería pensar en ello, era una persona sola, sin familia, sin amigos, pero aún así la idea de morir no estaba presente, un accidente, un descuido, y ella estaba en "el otro lado", ¿Qué pas...