ERES MI MADRASTRA (Imagina con Jimin - BTS)

Capítulo 17

— No quiero... No lo haré. — Debo negarme cualquier acercamiento hacia Jimin, después de lo que paso era necesario aquel distanciamiento—.

— ¿Por qué "no" ? No te estoy pidiendo un beso u otra cosa. —Dio un suspiro, al sentirse impaciente—.

— Aunque sea un masaje, no quiero hacerlo. —Dí unos pasos hacia atrás, para marcar más distancia—.

— Pero sólo es un masaje, no veo el porque te niegas. Al menos que sientas algo por mi, dijiste que no había nada entre nosotros, incluso luego de que tuvieras...ya sabes, entonces ¿Me darás el masaje?

— No siento nada por ti, y te lo voy a demostrar. —Caminé hacia la silla y lo acomodé para que se sentara—. ¿Qué esperas? Siéntate.

— Está bien. —Con una sonrisa en los labios fue hacia la silla donde tomó asiento—.

— Recuerda que solo lo hago para demostrarte que no siento nada por ti ¿Oiste? —Estaba nerviosa, por eso repetía lo que ya dije, ese es un defecto mío—.

— Ok, ya me quedo claro... No tienes que decírmelo en todo momento. —Cerró los ojos al sentir las manos de T\N en sus hombros, quería disfrutar el momento así que se dejó llevar—.

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Al tocar sus hombros, pude sentir los nervios invadir todo mi cuerpo, espero que Jimin no haya percibido mi nerviosismo... Pero al verlo con los ojos cerrados, pude sentirme un poco aliviada.

Había pasado tanto tiempo desde que le di unos masajes, recuerdo cuando se sentía molesto o estresado corría hacia mi para que lo aliviara, serán hermoso recuerdos.

Pasaron varios minutos, no sabía cuantos pero estoy segura que fueron muchos. Cuando quité mis manos de sus hombros, pude notar como volteó a mirarme, y por unos cuantos segundos nos miramos sin decir nada; hasta que me tomó de la cintura.

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— Eres buena dando masajes... Buenas noches. —Susurró apoyado en el vientre de T\N, para luego ponerse de pie e irse de allí—.

— ¿Era necesario que se acercará de esa forma? —Me mordi el labio inferior, para luego volver al refrigerador y coger aquel pastelillo, devorandomelo en el acto—.

Las transcurrieron con normalidad, Lisa volvió a la casa a las horas de la madrugada, trepó un poste para entrar al cuarto más cerca y sin darse cuenta era el cuarto de Suga.

Con mucho cuidado salió del cuarto de Suga y fue al suyo, puso toda su ropa en maletas y al tenerlas listas comenzó a bajar las escaleras, sin hacer mucho ruido. Al llegar a la puerta tuvo sus manos ocupadas así que trató de abrirla con su boca,pero no pudo, hasta que escuchó la puerta ser abierta.

— Gracias. —Susurró Lisa al ver una silueta, pero se detuvo al ver aquella pantuflas de oso panda, y sabía de quien era—.

— ¿Estas escapando de casa? —Preguntó Suga, al no obtener respuesta agarró las maletas de Lisa y las saco a la calle—. ¿Quieres que te ayude hasta el paradero?

— No es necesario... —Siguió su camino al arrastrar sus maletas, eran cuatro y su pobre cuerpo no podia solo. Hasta que sintió la mano de alguien ayudarla, llevándose dos maletas en sus brazos—.

— ¿Tienes a donde ir? —Decia Suga al acompañarla en su camino, pero esta no le respondió—. Seguro no tienes a donde ir ¿Cierto?

— ¿Qué te importa si no tengo a donde ir? Deja de seguirme y vete. —Con el dolor de su corazón debio botarlo, era doloroso verlo—.