CAPÍTULO 27

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Emily

—No puedo creer que solo me quede un mes

—Ni yo, pasó muy rápido...

—¿Estoy bien?

Me paro enfrente del espejo de pie y luego me giro hacia Luli que está sentada en mí cama ayudándome a elegir qué ponerme para la presentación de mis fotos.

¡Si, mis fotos están en una galería de arte!

Ayer fue la presentación de los cuadros de Luli. Presentó toda una colección llamada "Unidas por un lazo". Me dijo que fue por nosotras. En uno se encuentran dos mujeres descalzas, una sentada y otra parada atrás de la otra. Abajo de ellas se encuentra el mundo. En otra las chicas adolescentes de espaldas abrazándose nada más pintadas con los tonos del negro al blanco. Y así una tras otra forman la colección "Unidas por un lazo". Que por cierto justo esos dos fueron comprados.

Hoy es mí turno. He aprendido tanto estos meses que agradezco haber venido. No puedo explicar esta experiencia, y pensar que solo me falta un mes me da tristeza y a la vez felicidad. Veré a mí familia y amigos después de meses. Aunque estuve hablando con ellos todos los días no es lo mismo. Con Amy hablé muchísimo más, confieso que casi todo el tiempo. Me contó que le gusta un chico, "Por fin" pensé yo, pero la note un poco decaída estas últimas semanas, que mis padres y ni ella me quisieron contar que le pasa. Eso me tiene un poco mal, porque entiendo que no quieren que me preocupe por nada pero aunque esté en otro continente no significa que estoy fuera de saber que pasa en mí familia. Así que ese es uno de los temas del porque quiero volver. Pero triste porque la verdad puedo decir que me enamoré de París. Su cultura, su gente, el ambiente de como se vive, y miles de cosas más que si las cuento no termino más, pero realmente estos meses pasaron muy rápido. Cada día, cada semana que pasaba me iba atrapando más obligandome a soltarme de mí país y dejar de pensar con frecuencia  todo lo que conciernia a él y aferrarme más al día a día, a lo que estoy viviendo hoy y ahora y que ya en pocos días se termina.

No me fui y ya quiero volver. Nunca pasó por mí cabeza irme de mí país y, al menos por un tiempo, vivir en otro lugar, pero sin duda vendría a vivir por un tiempo indeterminado a París. Es una Estado muy rico en muchos aspectos y estoy segura que no conozco ni el cuarto de ellos. Estos meses he conocido varios lugares pero no muy lejos del campus. Más que nada bares, restaurantes y bueno galerías, pero no mucho más que eso. El estudio y mí responsabilidad - sí, leyeron bien, mí responsabilidad- no me permitía distraerme tanto. El estar becada y el hecho de haber sido elegida para venir a aprender cosas total mente nuevas para mi carrera de fotógrafa me recaía en la mente para ser responsable y poder organizarme para entregar todo a horario y dar todo de mí para conseguir un buen promedio. Y todo ese esfuerzo -debo aclarar- gracias a Luli que es muy responsable -muy Amy- y me obligaba a no distraerme- igual a Amy- ya que veo pasar una mosca y me desconcentro, me ayudó bastante a poder conseguir lo que hoy tengo el honor de presenciar.

—Estas hermosa...Alex se va a derretir cuando te vea—se ríe bajando y subiendo las cejas que me hace rodar los ojos

—Ay cállate...¿Que decís? Nada que ver—me miro nuevamente en el espejo.

Luego de varios minutos, diría horas y días viendo por los shoppings que comprar, me decidí por un vestido corto bordó de mangas largas ya que se acerca la navidad y la estación cambia a temperaturas más bajas. Me lo recomendó Luli, obviamente ya que ella conoce más la moda de París, pero sin salir de mí estilo. Así que elegí este vestido. Me pinte los labios de un rojo mate y con ayuda de Luli me delinee y me puse rimel con una sombra bordó en los ojos...me dijo "Para que se den cuenta quién es la reina", Luli es toda una loca. Pero verme al espejo como mí pelo negro con bucles cae sobre mis hombros y como el maquillaje resalta sobre mí piel pálida junto con el vestido bordó, me agrada bastante la idea de  "la reina de la noche"...

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