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*Explicación en el apartado anterior en la nota al final*Bebí mi ¿sexto? ¿decimo? Vaso de vodka, ya desde hacia un rato había perdido la cuenta.
Me encontraba en un bar a casi las afueras de la ciudad, quería escapar de la vida de ciudad, sobre todo mi vida.
Una en la que soy madre de dos niñas gemelas, un esposo imbecil que me engaña con cuenta zorra le abra las piernas y... un amante ególatra mujeriego e igual de idiota.
Llevo mis manos a mi cabello y las paso con frustración, recargo mis codos en la mesa y bajo mi mirada sintiendo mis tontas ganas de llorar.
Me sentía frustrada, mi vida era una total mierda.
Todo era perfecto, hasta que descubrí que las reuniones de emergencia que tenía mi esposo eran sus zorras buscando su atención.
Llevaba diez años de matrimonio con Demian, mi esposo. Siempre he sido atenta con él, puede que una o dos veces me halla negado a tener un encuentro en la cama con él debido al trabajo o por las niñas.
Pero ¿porqué engañarme? ¿Porqué mentirme?
Recuerdo que me hundi en una depresión horrible cuando me enteré de aquello, Demian no sabe que descubrí sus aventuras, por lo que ese dia pareció desesperado por que me ocurría aquello.
La preocupación le duró solo ese día.
Hubo una ocasión donde ya no aguanté su hipocresía, había dicho que iría de viaje por dos semanas a Colorado por un asunto de trabajo. La verdad era que se llevaría a una de sus zorras a conocer dicha ciudad, al no visitarla nunca.
¿Cómo lo sé? La estupida le había enviado a las tres de la mañana diciendo lo emocionada que estaba por conocer Colorado con él. Me había hecho la dormida cuando él se levantó y le contestó.
Al día siguiente de esa mierda se despidió de mí y de las niñas con tanta naturalidad que nunca me hubiera dado cuenta que en verdad se iría con una zorra.
Lleve a las niñas donde mi madre, que ella también sabía de las aventuras de mi novio y nunca me lo dijo.
Cuando les presenté a Demian, mi padre fue muy evasivo con él. Nunca le agradó pero igual me casé con él, por idiota y no escucharlo. Mi madre fue todo lo contrario, lo amaba, quería e idolatraba a mi esposo.
Era como si fuera su propio hijo, a la mínima pelea que teníamos ella quería que me disculpara aún cuando la razón de la pelea no había sido yo.
Deje a las niñas bajo su cuidado y con el de mi padre, me fui con rapidez ya que no quería que me vieran colapsar.
Solo para que mi padre no valla a golpear a Demián a Colorado y no aguantaría el hecho de que mi madre lo defendiera sabiendo toda la verdad.
Me había ido a trabajar y cuando pensé que estaría libre de llorar en el hombro de mi mejor amiga en las escaleras de emergencias, nos habían dicho sobre un cambió en la gerencia.
Hay fue donde lo conocí.
Abraham Mateo.
Mi nuevo jefe en el área de recursos humanos, yo era contadora por lo que al ser el primer día de trabajo tuve que pasar la mayor parte del día con él, aguantando mis ganas de llorar.
Las cosas con él surgieron hasta la fiesta de aniversario de la empresa, donde había encontrado a Demian follando en los baños con la recepcionista de la empresa.
No me había visto, ya que corrí por todo el pasillo hasta perderme y poder dejar salir lo que llevaba meses acumulado.
Abraham me había encontrado en medio de un pasillo apunto de tener un colapso, me ayudó a tranquilizarme y desde hay nos volvimos más cercanos, personalmente.
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