q u i n c e

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—Cuando quieres eres muy duro— Digo en un hilo de voz.

—Lo sé nena, perdóname— Dice abrazándome.

Me doy cuenta de que tiene el traje puesto.

—Creía que no ibas a venir—

—Iba a ir pero se me hace muy difícil ver a Beth... así—

—Lo entiendo, yo voy a estar a tu lado en todo momento— Le doy la mano y salimos de la habitación.

—¿Que me querías contar?—

—¿Eh?— Ahora mismo no sé si contárselo.

—Antes, me has dicho que me tenías que contar algo—

—Eh sí que... están todos ahí, han venido Kate y Ethan y Nate... está muy preocupado por ti—

Ryan me mira extrañado, creo que sabe que no era eso lo que le quería decir.

—¿Vamos?—

Cuando asiente con la cabeza siento un gran alivio.

...

En cuanto entramos a la funeraria todas las miradas se dirigen a nosotros.

—Mierda— Dice en voz baja.

Una señora mayor, alta y delgada camina hacia nosotros.

—¿Que pasa?— Digo mirándole.

—Es mi abuela—

—¿La madre de tu padre?— Intento separarme de él pero me agarra del brazo con mucha fuerza.

—Ryan, me va a odiar—

—Dijiste que ibas a estar a mi lado en todo momento—

—Así que...— Dice su abuela mirándome con sus enormes ojos verdes.—No era una broma de mal gusto—

Martha y Edwin nos miran desde lejos.

—No puedo creerme que te hayas rebajado de esa manera— Dice dirigiéndose a Ryan con desprecio.

—Sabes perfectamente lo que esta gente le hizo a tu padre— Me señala con la mano.

—No menciones a mi padre, él no querría ni verte en pintura, Beth mucho menos—

—¿Acaso viniste alguna vez a ver a Beth al psiquiátrico en Londres?—

Ryan la mira en silencio y la mujer sonríe irónica.

—Claro que no, estabas muy ocupado haciendo dios sabe que con esta... negra—

—Ryan... vamos a la sala— Digo nerviosa.

No le quita la mirada de encima a su abuela, tiene mucha rabia acumulada, espero que no pierda los nervios.

Caminamos hacia la sala bajo la atenta mirada de todos los presentes y cuando entramos en la sala se me hiela la sangre al ver el cuerpo de Beth en el ataúd.

Miro a Ryan que no puede apartar los ojos de ella.

—Beth...— Dice en un hilo de voz.

El ataúd en el que está Beth se encuentra en una pequeña sala aparte con una gran ventana de cristal.

Intento con todas mis fuerzas no llorar y le doy la mano a Ryan.

—Primero mi padre y ahora mi hermana— Dice incrédulo.

—Lo siento muchísimo— Digo al borde de las lágrimas.

A lo largo de la tarde la gente va entrando para ver a Beth y para darle el pésame a Ryan.

Nirvana (Serendipia II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora