s e s e n t a y d o s

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Cuando enviamos la solicitud nos vamos a cenar.

—¿Y Andre y tú en qué punto estáis?—

—Sin exagerar, es el amor de mi vida— Dice convencida.

—¿Como lo sabes?—

—No sé, cómo me mira, como me besa, me hace sentir como si yo fuese la única chica que hay en el mundo—

—Que bonito...— Digo mirando al suelo.

—Con él todas las inseguridades se me van de golpe, sé que este año he cogido unos kilos y...—

—Eres un pivón— Digo negando con la cabeza.

Ryan sale de la habitación con el pijama puesto y se sienta al lado de Amanda.

—¿Se puede quedar Amanda a dormir?— Le pregunto.

—Claro— Dice Ryan.

—Deja de hablarle como si fuese tu padre— Dice Amanda.

—No...— Me río. —Es que el apartamento es suyo—

—Es nuestro— Me corrige Ryan.

—Pero conmigo no vais a hacer un trío eh, no os hagáis líos— Dice Amanda.

—No seas idiota— Dice Ryan riéndose.

—No, lo de Camila fue... raro— Digo haciendo una mueca de desagrado.

—¿No te gustó?— Dice Ryan sorprendido.

—Sí pero no lo repetiría— Niego con la cabeza.

—¿Y a ti te gustó?— Dice Amanda.

—Siendo sincero... me encantó— Dice Ryan mirándome.

—¿Lo repetirías sólo por complacer a Ryan?—

—Ni de coña— Digo tajante.

—No pasa nada— Ryan me sonríe.

Me levanto para ir al baño a vomitar y Amanda me mira preocupada.

...

Le he pedido a Ryan que nos deje la habitación a nosotras y duerma él en el salón.

Me tumbo al lado de Amanda y ella me mira sin decir nada.

—¿Que pasa?— Digo apagando la luz.

—¿De cuántas semanas estás embarazada?— Susurra.

—De ocho—

—En Nueva York puedes abortar hasta la semana doce—

—¿Me acompañarías?—

—¿Estás segura de que quieres hacerlo?—

—Sí, puede que ahora Ryan se enfade pero en un tiempo lo entenderá—

—Como tú quieras— Dice dándome la mano.

...

—¿Logan Browning?— Dice una enfermera.

—Sí— Me levanto y miro a Amanda nerviosa.

—Cuando salgas de ahí te habrás quitado el mayor peso de tu vida— Dice Amanda abrazándome.

Entro en la sala y la enfermera me da una bata azul.

Me acompaña a una sala en la que hay una especie de camilla con dos estribos para poner los pies.

—Túmbate ahí, ahora vendrá el doctor—

Me tumbo y cierro los ojos para intentar tranquilizarme.

Cuando oigo la puerta abrirse y cerrarse me tenso y abro los ojos.

—Buenos días— Un hombre blanco y mayor me sonríe.

—Hola— Digo nerviosa.

—¿Tienes diecisiete años?— Dice mirando una hoja que está sobre su escritorio.

—Sí—

—¿Estás bien?— Dice mirándome preocupado.

—Esto es... un poco difícil—  Digo aclarándome la garganta.

El médico me dedica una mirada de comprensión y rompo a llorar.

—Lo siento— Digo tapándome la cara con las manos.

—No me pidas perdón— Dice dándome un pañuelo de papel.

—Veo esto todos los días, sé lo duro que es—

—Es que es todo tan frío— Digo mirando la habitación.

—A algunas pacientes les ayuda escuchar música—

Miro a mi izquierda y veo mis airpods y mi móvil.

El médico me los da y reproduzco en aleatorio el último disco de Alicia Keys.

—Con tu permiso voy a empezar ¿vale?—

—Vale— Asiento con la cabeza y me pongo los auriculares.

...

—¿Que tal estás?, no has dicho nada desde que saliste—

—Estoy... me duele un poco la vagina... ya sabes— Digo incómoda.

—Es normal, he leído que el dolor y el sangrado dura entre dos y cuatro semanas—

Miro por la ventana en silencio mientras Amanda conduce.

Para en frente del edificio y suspiro cansada.

—¿Quieres quedarte a mi casa a dormir?o... si quieres te llevo a casa de tus padres—

—No, no te preocupes— Digo abriendo la puerta del coche.

—Cualquier cosa avísame— Dice antes de irse.

Entro en el vestíbulo y entro en el ascensor, cuando llego al apartamento oigo ruidos en la cocina y entro.

—Hola— Dice Ryan sonriéndome.

—Hola— Miro lo que está cocinando.

—Oye, ¿estás bien?—

—Claro— Intento sonreír pero no me sale.

—Tienes la mirada perdida— Dice poniendo la mano en mi mentón.

—Yo... es que... no sé— Salgo de la cocina.

—Logan...—

Antes de que diga nada salgo de la cocina, miro por la ventana del salón y respiro hondo.

Oigo mi móvil vibrar y cuando me levanto para mirarlo me doy cuenta de que es el de Ryan.

No tengo la contraseña de su móvil pero en la pantalla aparece una vista previa de los mensajes.

-Número no registrado: lo de ayer fue increíble, ¿cuando volvemos a vernos?

Cierro los ojos con fuerza y con las manos temblorosas marco el número en mi móvil.

—No puede ser cierto— Digo en voz baja mientras espero a que conteste alguien.

—¿Sí?— Reconozco esa voz a kilometros.

—¿Ava?—

—¿Logan?—

Cuelgo de inmediato y respiro hondo por milésima vez hoy para intentar tranquilizarme.

Camino en círculos mientras maldigo a Ryan y a Ava en voz baja, cierro los ojos con fuerza para quitar cualquier pensamiento de mi cabeza pero es imposible.
...
Baja la mano hasta mi escote y me mira a los ojos.

—No me estás parando—

—N-no quiero que pares—

—¿Por qué?—

—No lo sé— Digo nerviosa.

Harry se ríe y por fin junta sus labios con los míos.
...

—Logan— Al oír la voz de Ryan abro los ojos.

Nirvana (Serendipia II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora