Tras su decisión de volver a Atlanta, Logan se da cuenta de que está más acostumbrada a Nueva York de lo que pensaba, un desafortunado suceso la obliga a volver pero tiene que lidiar con un Ryan que no reconoce.
—Es aquí— Dice aparcando en frente de un edificio blanco que parece bastante antiguo.
No me gusta este sitio para nada, es súper gris.
—¿Y tú te quejabas del Bronx?— Digo mirando el barrio.
Ryan me ayuda a bajarme del coche y caminamos hasta la puerta de un parque.
Estaba tan ocupada mirando el sitio que no me había fijado en que había un parque.
Entramos y me dedico a observar el parque detenidamente.
—Me recuerda a Chewing Gum—
Chewing Gum es una serie de Michaela Coel, sobre una chica de veinticuatro años de Londres.
—Todos los parques de Londres son iguales— Dice Ryan.
Pasamos por un parque para niños y a lo lejos puedo ver un banco en el que hay cinco chicos sentados, le pido a Buda que no sean ellos los amigos de Ryan, no parecen muy amables.
—Están ahí— Dice señalando el banco.
—Parecen nazis— Llevan casi todos el pelo rapado y la mayoría son súper blancos y tienen los ojos claros.
—Deja de decir tonterías— Dice en voz baja.
A medida que nos vamos acercando mis nervios aumentan cada vez más, uno de los chicos se da cuenta de nuestra presencia y le hace un gesto a los demás para que nos miren.
—¿Estoy viendo bien?— Dice uno de ellos acercándose a nosotros.
Es muy alto, mucho más alto que Ryan, tiene la piel súper blanca y tiene un brazo y el cuello entero tatuado, no tiene el pelo rapado a diferencia de la mayoría de su grupo.
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—¿Has hecho un hueco en tu agenda para visitarnos a los plebeyos?— Dice dándole un abrazo.
—Os he echado de menos— Dice Ryan abrazándole también.
—Siento mucho lo de Elisabeth—
Ryan se queda callado mientras siguen abrazándose.
Cuando se separan el chico me mira con una ceja levantada y a continuación mira a Ryan.
