Nirvana (Serendipia II)

t r e i n t a y o c h o

—¿Que más da el color del abrigo?— Dice Ryan cansado.

Estamos en el centro comercial comprando las cosas para el viaje, nos vamos mañana con Cody y Amanda.

—Oye, ya que me obligas a ir, déjame ir mona—

Mis ojos se van hacia un mono de esquí blanco súper bonito.

—Ryan, mira— Digo agarrándole del brazo.

—Es bonito— Dice encogiéndose de hombros.

—¿Bonito?, ¡es arte!— Digo buscando mi talla.

—Ahora necesito unas botas— Digo mirando las estanterías.

—Oye, ¿sabes que el budismo promueve que para alcanzar el nirvana es necesario practicar el desapego material?—

—Por esa regla de tres no tendría que ir a la Villa carísima de tu amigo—

Le señalo unas botas negras que están en lo alto de una estantería y me las alcanza.

—Estas son preciosas— Digo enseñándoselas.

—Yo sólo quiero irme a casa—

—Que exagerado eres— Me río.

—Nena llevamos aquí dos horas—

—Lo siento, pago y nos vamos— Le beso.

Cuando pasamos por caja Ryan paga antes de que pueda sacar la tarjeta.

La cajera me da las bolsas y le doy las gracias.

—Cuando lleguemos a casa nos tenemos que poner a estudiar— Dice mientras caminamos hasta el aparcamiento.

Respiro hondo e intento no enfadarme, el libro dice que tengo que tener muy presente la respiración.

—Vale— Digo guardando las bolsas en el maletero.

—Quiero ver cuánto tiempo te dura—

—¿El que?—

—Ese estado de paz mental—

—Mientras tenga a Daniel, me durará para siempre—

—¿Que te apuestas a que se te olvida el rollito budista en el viaje con Cody?—

Me ofende mucho que me vea tan débil mentalmente y que no se alegre de que por fin haya encontrado un estado de paz mental.

—Lo que quieras— Digo serena.

—Vale, si gritas, insultas u ofendes a Cody durante el viaje...—

Le miro esperando a que hable.

—Lo hacemos por detrás—

—¡No!— Digo asustada, sé que lo voy a cumplir pero eso me da mucho miedo.

—Si tan segura estás, ¿de que tienes miedo?—