Nirvana (Serendipia II)

v e i n t i c i n c o

—¿Qué tal ayer con Ryan?— Dice Amanda abriendo su taquilla.

—Bien, me tuve que disculpar con él, he estado siendo demasiado exigente y no es justo para él—

Asiente mirándome tras unos segundos se acerca Cody a nosotras y le da un beso a Amanda.

—Bueno, yo me voy a clase— Digo dándome la vuelta mientras se besan.

Me suena el móvil y frunzo el ceño cuando aparece el nombre de Edwin en la pantalla.

Salgo del instituto mientras todos entran en clase.

—Browning, las clases van a empezar— Dice Camila viniendo hacia mí.

Me pongo el dedo índice en los labios para que no diga nada y salgo.

Una vez estoy fuera del instituto mi móvil deja de sonar.

Le llamo otra vez y no tarda ni un minuto en contestar.

—Hola...— Digo nerviosa.

—¿Todavía tienes pensado declarar en mi contra?—

—No despidas a mi madre, por favor— Digo nerviosa.

—No lo haré, es una de mis mejores abogadas—

—Entonces ¿por qué me llamas?—

—¿Qué te ha prometido Martha?—

—¿En serio te crees que lo hago por conveniencia?, una chica ha muerto por tu culpa— Digo en voz baja.

—Beth no murió por mi culpa, ella ya tenía muchos problemas antes de que tuviésemos lo que tuvimos—

—No tuvisteis nada, la violaste, ¡enfermo!—

—El caso es que tengo algo que proponerte—

—No quiero saberlo— Me siento en las escaleras que están enfrente de la puerta.

—Una plaza en Yale, con todos los gastos pagados—

Trago saliva al escuchar eso y niego con la cabeza a pesar de que Edwin no puede verme.

—No me interesa—

—¿Ah no?—

—No me vuelvas a llamar— Cuelgo.

—¿Quién era?— Dice Camila sentándose a mi lado.

—¿Estabas escuchando?—

—Lo siento, te he visto tan preocupada que no he podido evitar venir a ver que te pasaba—

—No pasa nada— Suspiro cansada.

—¿Quieres hablar?—

—Necesito hablar— Me acerco a ella.

—Conmigo puedes hablar de lo que sea— Acaricia mi muslo.

Me fijo en su muñeca y veo que tiene una pulsera con un arcoíris.

—¿Eres...?— Digo mirándola.

—Sí, me gustan las chicas también—

—Que bien... digo... me alegro, yo...— Me rasco la nuca nerviosa.

Camila se ríe y acaricia mi mejilla, se acerca a mi y en dos segundos tengo su rostro pegado al mío, no llega a besarme pero sus labios casi rozan los míos.

—Cuando tengas curiosidad ya sabes—  Susurra en mis labios.

Mi corazón late tan fuerte que creo que lo puede escuchar.