Nirvana (Serendipia II)

t r e i n t a y s e i s

Ha pasado una semana ya desde que hicimos el trío con Camila y la verdad es que me esperaba que fuese todo más incómodo.

Ella a veces hace bromas para que sólo nosotras dos lo entendamos.

Edwin ha conseguido que el director readmita a Ryan y que retire los cargos, odio no tener dinero, literalmente se puede hacer cualquier cosa con él.

Ahora mismo estoy sentada en la cafetería con las chicas hablando sobre las pruebas de acceso que son en dos semanas.

—Me sudan las manos, como no me llegue la nota para Princeton me caigo aquí mismo— Dice Natalie agobiada.

—Aceptaron a Ethan, tienes posibilidades de sobra— Digo acariciando su mano.

—Yo estoy muy tranquila para la CalU sólo piden mil doscientos—

La puntuación máxima en las pruebas de acceso son mil seiscientos.

—Yo también estoy tranquila— Dice Taylor.

—Claro que lo estás— Dice Camila rodando los ojos.

—¿Tú a cuál vas a aplicar?— Le pregunto a Camila.

—Yale—

En cuanto dice eso todas en la mesa me miran.

—Ya no quiero ir a Yale, iré a la CalU de San Francisco con Ryan—

Amanda me mira con cara de asco.

—No puedo quererle más— Digo sonriendo.

—Ay sí sois tan monos, los reyes del baile— Dice Amanda con burla.

—Sé que estás celosa, ven aquí— Digo abrazándola.

—Por lo menos Ryan no es el hermano de un violador— Dice Taylor.

Amanda le enseña el dedo corazón.

—Asher te dejó por Chloe, supéralo—

—Estuviste con...— Digo sorprendida.

Taylor chista poniéndose el dedo índice sobre los labios.

—Fue en octavo— Dice Natalie.

—Cuantas cosas pasaron en octavo— Digo riéndome.

—Muchísimas— Dice Amanda.

—¿No te da mal rollo ir a casa de Cody?— Dice Sophie dirigiéndose a Amanda.

—Por favor, no habléis de Cody— Digo rodando los ojos.

—¿Tienes algo contra mi novio?— Dice Amanda mirándome divertida.

—Odio como se vuelve Ryan cuando está con él—

—¿Te cuento un secreto?— Dice Amanda agarrándome de las mejillas.

—No, déjame— Niego con la cabeza para que me suelte.

—Ryan ha sido así desde siempre— Dice riéndose.

—Mentira, es un encanto— Me río también.

—Es un cerdo al igual que la mitad de los tíos de este insti—

Todas en la mesa nos reímos y maldigo cuando suena el timbre que indica que se ha acabado el recreo.

...

—Hola— Digo entrando en la consulta del psicólogo.

—Que alegría me da verte de nuevo— Dice dándome un abrazo.