t r e i n t a y c i n c o

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Cuando me despierto me doy cuenta de que estoy en la cama, al parecer Ryan me ha traído.

Salgo de la habitación y está el apartamento completamente vacío.

Me tomo una taza de café y me lavo los dientes.

Me miro al espejo que hay en el salón y me entra el bajón.

Cada vez tengo más tripa y me veo los muslos enormes.

De repente me acuerdo de que Kevin vive aquí, por un momento dudo en sí bajar o no.

Por una parte Ryan podría enfadarse pero por otra no estaría mal darle de su propia medicina.

Me pongo la ropa de deporte y salgo del apartamento, me subo al ascensor y le doy al botón del tercer piso.

—¿Que letra dijo que era la guarra de Sasha?— Digo para mi misma.

—Tercero H— Digo cuando me acuerdo por fin.

Me pongo en frente de la puerta y llamo al timbre.

Después de unos segundos escucho pasos y se abre la puerta dejando ver a Sasha con el pelo recogido en un moño y una camiseta grande que le tapa muy poco por debajo de los muslos.

—Eh, hola—

—Hola— Dice extrañada.

—¿Está tu hermano?—

—Sí— Se queda parada mirándome.

—¿Puedes llamarle?—

Se da la vuelta y entra en el apartamento.

Sale Kevin sin camiseta y con un pantalón de chándal.

—Hola— Me dedica una sonrisa.

—Es que me he levantado animada hoy y quería preguntarte si querías venir conmigo al gimnasio—

—¿A Ryan le parece bien?—

—Claro— Digo segura.

—Vale, pues espera, me visto en dos minutos—

—¿Quieres pasar?—

—No gracias—

Kevin asiente y entra en el apartamento.

Espero unos diez minutos y sale con un chándal.

—Vámonos— Dice poniendo una mano en mi espalda.

...

—Yo estoy muy a gusto con él y nos reímos un montón y le quiero muchísimo pero cuando hay otras chicas delante es como si fuese otro— Digo con la voz agitada mientras corremos en la cinta.

—¿No crees que pagas tus inseguridades con él?—

—Lo he pensado pero no puedo evitarlo, cuando me miro al espejo y me veo como una foca lo que necesito es que él me mire sólo a mi y me diga que soy preciosa—

—Vamos a hacer una cosa—

—Vale— Bajo la velocidad de la cinta.

—¿Ves a ese chico de ahí?— Dice haciéndome un gesto con la cabeza hacia un chico que está a nuestra derecha.

Es un chico rubio alto guapísimo , me entran calores sólo de verle levantando pesas.

—¿Cuando le ves en que piensas?—

—Yo, en nada—

—Logan...— Dice mirándome sin creerme.

—En que está buenísimo— Digo rodando los ojos.

Nirvana (Serendipia II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora