La Revolución francesa fue un conflicto social y político, con diversos periodos de violencia, que convulsionó Francia y, por extensión de sus implicaciones, a otras naciones de Europa que enfren- ¡Kim Doyoung y Kim JungWoo!.
Los nombrados se despertaron al instante, uno con un ojo que aún no podía abrirse del todo, y el otro tenía un poco de baba cayendo, la cual se limpió con su suéter rápidamente.
— Si no queréis prestar atención a la clase, no vengáis. En cuánto suene el timbre os quedareis aquí conmigo– la señorita Lewis siguió con su aburrida explicación después de regañar a los dos muchachos que se sentaban en mesas juntas y seguían sin procesar lo que les había dicho su profesora de historia–
Daisy Lewis era una mujer en sus cincuenta de Londres, después de enseñar historia europea unos años en su ciudad natal, decidió cambiar de aires viniéndose temporalmente a un pueblo montañoso al noreste de Corea del Sur, se supone que estaría aquí por un par de años, pero después de enamorarse del profesor de educación física, dejó atrás su vida en Inglaterra e hizo de Yanggu su nuevo hogar.
A Doyoung le agradaba esta profesora, pero a veces podía ser un poco escandalosa, por su culpa le punzaba la cabeza.
— Mierda.
— Ni siquiera sabía que me había dormido, joder– dijo Doyoung–
— Otra noche sin dormir, yo creo que tienes un serio problema amigo– contestó su amigo bostezando–
— ¿Y tú? Siempre presumes de lo bien que duermes en tú cama de tamaño matrimonial y hoy tienes unas ojeras casi más grandes que las mías.
— Ayer ponían "Érase una vez en América" y ya sabes que esa película es larguísima, pero me encanta, así que me quedé hasta las tres de la mañana viéndola y no pude pegar ojo hasta las cuatro.
— Yo me quedé leyendo ese libro que compré en Chuncheon y no pude dormir después. Si te lo contase no me creerías.
— ¿Y por qué no lo haría? Yo te cuento a ti cosas aún más locas, estoy abierto a todo.
— A esto no, te lo aseguro. Os lo cuento a Rosie y a ti en el descanso– JungWoo asintió mirando raro a su amigo–
Doyoung puso atención en lo que quedaba de clase, pero JungWoo se quedó intrigado. Al sonar el timbre, la profesora habló con ambos, les hizo la típica charla de que tenían que poner atención en clase o suspenderían, blah blah blah y se fueron a la cafetería. Rosé debía estar hecha una furia con ellos por llegar tarde.
— ¿Se puede saber por qué me habéis dejado sola media hora? Soo-young se ha venido conmigo porque le daba lástima verme sola.
— La señorita Lewis nos ha pillado durmiendo en su clase, nada nuevo– dijo JungWoo al sentarse con su bandeja en la mesa–
— Por Dios, tengo por amigos a dos malotes y no lo sabía– bromeó la australiana–
— Calla, que Doyoung tiene algo que contarnos– después de hablar, Woo le metió una patata frita en la boca a Rosé–
— Vais a pensar que estoy loco, pero, leyendo el libro sobre hombres lobo que compré, descubrí algunas cosas con las que nosotros podríamos coincidir– contó Doyoung bajando la voz, de manera que solo podían escucharle sus amigos–
— Es normal, tienen una parte de humano esas criaturas, además, ni siquiera existen.
— Lo sé Rosie, pero es que fue todo muy raro, mi cabeza casi me explota, demasiada información.
— ¿Estás bien Doyoung? Estás sudando– cuestionó JungWoo–
— ¿No estarás con la alergia? Tengo una pastilla en la mochila si la quieres.
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Traidores | JaeDo
FanfictionUn chico nuevo llegó al pueblo, atractivo, alto y con un aura misteriosa. Además, entró nuevo al último año de instituto, justo en su misma clase y siendo uno de los mejores estudiantes cuando se la pasaba mirando por la ventana toda la mañana. Par...