6: Odio

256 38 4
                                    

No, no, no...

¡Soy imbécil, el ser más imbécil, desgraciado y patético del mundo!

— Vamos hijo, que el desayuno se enfría– dijo el señor Kim del otro lado de la puerta–

Lo que no sabía el pobre hombre es que su hijo estaba hecho un burrito de mantas en su cama, con flashbacks de la noche anterior atormentándole y un insoportable dolor de cabeza.

— Si no sales ahora mismo, entraré– dijo intentando sonar amenazante–

— Déjame a mí– la señora Kim entró furiosa a la habitación de su hijo, dejando a su patidifuso esposo esperando la escena que se formaría–

— ¡¿Qué crees que haces Kim Doyoung?! ¡Son las doce del mediodía y no piensas levantarte!.

— Es sábado...

— Esa no es excusa, vamos, levántate antes de que lo haga yo a mordiscos.

El señor Kim se seguía sorprendiendo de las tácticas de su esposa, incluso después de años juntos.

— Lo haré cuando salgas de mi habitación.

— Sabes que eso no pasará.

Pfff, siempre igual. Su madre tenía una ridícula manía con madrugar, desde que nació tiene la regla de no levantarse más tarde de las nueve y si había salido le dejaban un margen hasta las diez. Era raro que eso no lo aplicara a la puntualidad. Su madre era el ser más impuntual que conocía, contrastando con su padre, que era súper puntual.

La verdad es que sus padres contrastaban en todo.

— Está bien, pero me ducharé antes de bajar– dijo saliendo de su escondite y dirigiéndose al baño–

— Esperaba que lo hicieras.

Su madre salió a paso rápido de su habitación con una sonrisa victoriosa y su padre la mostró los pulgares arriba en señal de que lo había hecho bien.

Obviamente iba a hacerlo bien, no lo pasó tan mal durante el embarazo y el parto para que ahora su hijo se pareciese más a un cojín que a un ser humano.

Doyoung se duchó rápido, evitando pensar en cualquier cosa que tuviera algo que ver con Jeong JaeHyun, aunque no era nada fácil. Cuando bajó encontró su desayuno favorito en otoño, gofres con sirope de chocolate, moras y café. ¿Por qué se me aguan los ojos?.

—  Hijo, ¿vas a llorar?– su padre le miró extrañado y le pasó un trapo para que se limpiara las lágrimas–

Se sentó en su sitio de siempre, que era frente a su padre, y empezó a comer mientras más lágrimas tontas se deslizaban por sus mejillas. Su madre le limpió el rostro sin delicadeza y le acarició la cabeza en gesto de apoyo. La señora Kim podía tener carácter, pero eso no significaba que no le cuidaba cada vez que le veía sensible.

Desayunó con ellos tranquilamente, por suerte llegó un momento en que las lágrimas cesaron, se metió de nuevo en su habitación y se sentó en su cama, apoyando la espalda en el cabecero y con las rodillas bajo su mentón.

Entonces, se le ocurrió una idea. Cogió aquel libro que compró en el centro comercial y pasó la mano por la portada, en ella había el rostro de un lobo gruñendo, negro y de mirada hostil. Lo abrió por una página al azar y comenzó a leer.

1.4 Omegas. 

...Este escalafón es el más bajo por excelencia de los tres géneros que se conocen como "puros", sus características son opuestas a los alfas en su mayoría.

Traidores | JaeDoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora