15: Estoy aquí

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*Flashback*

El señor Jeong andaba de lado a lado, con las manos entrelazadas tras la espalda, una mirada entristecida surcaba su rostro, pero ninguna lágrima era derramada y tampoco lo serían después. Si no fuera por sus preocupados ojos, cualquiera diría que estaba en total calma.

Muy diferente al pequeño JaeHyun, sentado en una silla con sus niñeras sentadas a sus costados, le costó mucho llanto y pataleo que le dejaran ir allí, en aquel momento no lo entendía, pero más tarde comprendería que hubiera sido lo mejor quedarse en su cuarto.

Que un niño de apenas cinco años fuera testigo del fallecimiento de su madre no era lo más recomendable, pero el pequeño se negaba a quedarse en su habitación cuando por dentro sentía la conexión con su progenitora debilitarse.

Inevitablemente, cayó dormido durante un par de horas, pero despertó en cuánto escuchó la puerta del cuarto de su madre abrirse, haciendo eco en aquel inmenso y silencioso pasillo. Una de las enfermeras que acompañaron al doctor fue la que apareció con un semblante serio, como si intentase ocultar sus emociones para evitar la preocupación de los presentes, pero eso era imposible.

Era tan pequeño que le costó entender, pero supo por los reclamos de su padre que no era nada bueno lo que le susurró la joven enfermera, una beta que lució aterrorizada cuando su padre irrumpió bruscamente en el cuarto y gritaba el nombre del doctor exigiendo que hiciera bien su trabajo.

JaeHyun no debió de hacerlo, pero no pudo contener las ganas de ir a ver a su mami y asegurarse que estaba bien. Le había prometido llevarle de paseo al lago cuando mejorase.

Pero aquel momento nunca llegaría, lo supo en cuánto se escapó de entre los brazos de sus niñeras y entró al gran cuarto, viendo a su mami con los ojos cerrados en su cama y la piel tan pálida que parecía más un cadáver que una persona.

— ¡Mami!– gritó el niño tan fuerte que retumbó su eco por toda la gran casa–

Fue corriendo hacia ella, pero su padre le atrapó en sus brazos y le sacó de allí al mismo tiempo que el pequeño lloraba escandalosamente, tanto que su voz se estaba quebrando.

Le llevó hasta la puerta de la habitación de su hermano mayor y le bajó al suelo, pero no le soltó, con sus grandes manos agarró su rostro y le obligó a mirarle fijamente a los ojos.

— Escúchame hijo, tienes que ser fuerte, tienes que ser como tu padre en estos momentos, no puedes llorar más a partir de ahora.

— ¡Quiero ver a mami! ¡Llévame con ella, por favor!.

— Mami no está, mami se fue JaeHyun, mami no va a volver.

El niño aumentó su llanto, si aquello era siquiera posible, y se negó a creer que no volvería a ver a la persona que más amaba en el mundo. No cuando sentía unas ganas horribles de que le diera un gran abrazo de los suyos.

— Quédate a dormir con tu hermano y mañana hablaremos, ¿entendido?– el pequeño asintió, ansiando ir a llorar a los brazos de su hermano mayor, el único sostén que le quedaba–

El señor Jeong abrió la puerta del dormitorio de Jeong MinHo, su hijo primogénito, el cual estaba sentado en la cama y sin poder pegar ojo. La mujer que estaba enferma no era su madre, pero sentía una gran empatía con su hermano menor, así que le atrapó en sus brazos cuando este se lanzó a ellos e intentó consolarle, incluso cuando era malísimo en ello.

Después de un largo rato, el niño seguía llorando, pero ya respiraba más calmado y dejó de temblar. Entonces, el pequeño JaeHyun habló con su quebrada.

— Yo no quiero que la señorita Lee sea mi mamá y tampoco quiero que su hijo sea mi hermano.

Jeong MinHo sintió nostalgia, aquello fue lo mismo que dijo cuando se enteró de que su padre iba a tener un cachorro con otra mujer que no era su madre, pero ahora que era más mayor, entendió que enfadarse por eso era una tontería. Entendía perfectamente como se sentía, pero no sabía cómo hacérselo saber.

Traidores | JaeDoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora