19: Vuelta Atrás

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— Te estás metiendo demasiado dentro.

— Deberías ser más aventurero.

— Lo soy, pero no por eso soy un insensato. ¿Sabes lo peligroso que puede llegar a ser un bosque y además lloviendo?.

No pudo soportarlo y soltó la carcajada más grande de su vida. ¿Qué si sabía lo peligroso que era un bosque? Por la Luna, no podía parar de reír, incluso la moto se balanceó por sus risas.

— ¿Qué te hace tanta gracia?– preguntó Doyoung con confusión, parecía que se había vuelto loco–

— Perdón es que– hasta le costaba hablar por la risa– es que esa pregunta me ha hecho gracia.

— Eres imbécil.

— Tal vez, pero aún así te gusto.

¿Qué?.

— ¿Tan seguro estás? Porque no es verdad– se excusó el omega con rapidez–

— Oh Youngie, tu boca dice una cosa y tus ojos otra, deberías ponerles de acuerdo o voy a hacerme ilusiones.

— Mejor cállate y conduce recto, soy demasiado joven para morir.

JaeHyun volvió a reír.

— ¿Qué es tan gracioso ahora?.

— Pareces un cachorro rabioso.

— Sí, lo que tú digas.

JaeHyun dejó de reír.

— Oye, no te enfades conmigo, ya hemos llegado.

— Ya no quiero quedarme contigo– pronunció con voz de reproche Doyoung–

— No, espera, perdóname Youngie, estaba bromeando.

— Pues yo no– el omega sonreía en sus adentros–

— Doyoung– dijo alargando el "young"–

— No quiero hablar ahora.

El alfa frenó en seco la moto y se bajó muy acelerado, después se arrodilló frente a él, incluso con la nieve espesa y la lluvia torrencial, y juntó sus manos en señal de perdón.

— Perdóname Doyoung, sólo era una broma, no me abandones por favor.

Ahora era el omega el que no podía para de reír.

— ¡Jae! No lo decía en serio.

El alfa ahora se veía confundido, se levantó con las rodillas congeladas y las gotas de lluvia chocando en su casco con fuerza, mientras, el omega se reía en su cara, le aplastó las mejillas con las manos y le besó castamente sin borrar su sonrisa, entonces a JaeHyun también le salió una muy tonta.

Su madre le dijo que si se arrodillaba en el suelo y rogaba por perdón, su pareja siempre le perdonaría, hiciera lo que hiciera, porque los omegas son débiles a los encantos de sus alfas y unos ojitos de cachorrito lo podían arreglar todo. También pasaba al revés, los alfas que amaban a sus parejas no podía enfadarse con ellos por mucho que lo intentaran, eran su punto débil.

Y tenía razón, como siempre.

Nota mental: rogar por perdón hasta que le des lástima y te de un beso.

— Venga, llévame a ese lugar de una vez por todas.

Se montaron de nuevo en la moto y se fueron hasta llegar a un pequeño lago que estaba completamente helado, parecía una pista de patinaje. A la madre de JaeHyun la encantaba el patinaje artístico, su patinadora favorita era Natasha Petrova. 

Traidores | JaeDoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora