18: Tiempo

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*Flashback*


Admiró con orgullo aquella figura y sonrió porque estaba a punto de acabar con lo que llevaba toda la tarde entretenido. Sólo le quedaba la cima de aquella casa de cartas, hecha a base de las cartas de póker que su padre le compró para que aprendiera a jugarlo.

Justo le faltaban dos, dos míseras cartas que fue a colocar con sumo cuidado e intentando mantener su pulso recto. Pero no sirvió de nada, porque alguien tuvo la magnífica idea de abrir con rapidez la puerta, creando una corriente de aire que derrumbó todo lo que tanto le había costado hacer. Le daba igual de quién se tratara, se giró a mirar muy enfadado a la persona que provocó el desastre, pero se controló al ver que se trataba de su hermano mayor, que se reía de su desgracia. 

— Ya está la cena, Jae. Espero que esto te sirva de lección para hacer cosas más productivas en el día que una casa de cartas, ¿es que no tienes amigos con los que quedar?.

— Todos están de viaje con sus familias y tampoco es como si esos amigos me agraden mucho, sólo hablan de marcas, omegas, celos y esas mierdas, son todos unos pervertidos y unos engreídos.

— Estoy totalmente de acuerdo contigo, tus amigos son una panda de acosadores sexuales con media neurona, pero te viene bien salir para dejar de pensar.

— ¿Dejar de pensar? ¿Cómo sabes que debo dejar de pensar? ¿Acaso pensar es algo malo?– cuestionó JaeHyun mientras se ponía algo más elegante que un chándal para la cena, no quería ser el único desarreglado, aunque le parecía inútil tener que cenar con buena ropa puesta cuando estás en tu propia casa–

— Lo es cuando esos pensamientos te causan dolor de cabeza y te descentran– dio dos pasos hasta estar frente a su hermano menor, a poca distancia para poder susurrarle– ¿Crees que no te conozco lo suficiente como para no darme cuenta de que hay algo que te perturba? Tantos años juntos y aún me subestimas.

— No te subestimo, pero no quiero que todo el mundo se entere de mis problemas, ¿vale?.

— Yo no soy todo el mundo y lo sabes.

Claro que lo sabía, MinHo fue la única persona que tuvo incondicionalmente a su lado desde que murió su madre, después se unió su hermano menor, pero al principio sólo estuvo él.

— Lo sé, pero...–se sintió patético cuando su voz se quebró y tuvo que parar, era difícil reconocerlo por primera vez en voz alta– ...es complicado.

— Vamos, sabes que a mi puedes contarme cualquier cosa, nunca voy a juzgarte– por su forma de hablar era fácil notar que hablaba con el corazón–

MinHo siempre hablaba con el corazón, por eso hablaba poco, pero cuando lo hacía, sabías que era de verdad.

— Y-yo– se le aguaron los ojos– no quiero seguir con la misión, no puedo.

Se apoyó en el hombro del mayor y este sólo dio suaves palmadas a su espalda para reconfortarlo, pocas veces le había visto así y sólo cuando pasaban cosas realmente malas.

— ¿Qué ha pasado? ¿Te están haciendo algo? ¿La señorita Kang te amenaza o algo?.

— No, el problema no es qué me hacen, sino qué estoy haciendo yo. Todo es una, una puta mentira y yo quiero que sea verdad– sus sollozos aumentaron su volumen y comenzó a removerse ansioso en los brazos de su hermano, pero este no le soltaba ni aunque su vida dependiera de ello–

— Lo entiendo, Jae, te juro que te entiendo, pero tienes que cumplirlo, luego después veremos qué hacer.

— Luego será demasiado tarde, luego no querrá volver a verme, no volveré a ver a ninguno de ellos.

Traidores | JaeDoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora