— ¿A dónde vas con tanta prisa?.
— He quedado con JaeHyun.
Un sofocado Doyoung buscaba con desesperación un juguete que sus padres le regalaron cuando era pequeño y que él odiaba, por eso lo guardó en un cajón sin saber que años después le necesitaría. Su madre le miraba con confusión desde el marco de la puerta de su habitación a la vez que se bebía una taza de té rojo.
— ¡Lo encontré!- expresó con satisfacción el omega-
— ¿Para qué quieres al "Señor Corococó"?- preguntó aún más confundida-
Su hijo se detuvo a pensar por unos segundos, eso delataba que estaba construyendo una mentira y Kim Soo-Ra no soportaba las mentiras.
— Más te vale que se te ocurra una excusa creíble.
Tarde. Su cerebro había sufrido un cortocircuito de excusas, así que tuvo que recurrir al plan B. Huir.
— Adiós mamá, tengo mucha prisa– plantó un beso en su mejilla y se marchó corriendo por las escaleras, hubo un momento que casi se cae–
Su madre se quedó perpleja preguntándose: «¿Para qué querría el muñeco de un gallo que desde pequeño siempre odió?».
Doyoung se subió en su vieja bici en cuanto cerró la puerta de su casa. Llevaría unos dos años desde que no montaba en su pobre bici que usaba para ir al colegio de pequeño, por suerte se acordó de lubricarla hace un par de días. La pobre le miraba con pena cada vez que pasaba por el garaje.
Con toda la prisa que pudo darse, se metió por en medio del bosque y atajó para llegar lo antes posible al pie de la montaña, donde le esperaba el alfa, que debía estar furioso con él.
Efectivamente, cuando llegó se le encontró de pie, con los brazos cruzados y una mirada severa.
— Hol-
— Te dije a las nueve y son las diez.
— Lo sé, pero es que no soy una persona mañanera, deberíamos haberlo dejado para la tarde.
— ¿No quedamos que sería tanto por la mañana como por la tarde?.
— No, ¿es que acaso quieres matarme?.
— Bueno como quieras.
Si hubiera tenido el entrenamiento que tuve yo, no sobreviviría más de una semana.
— ¿Has traído lo que te pedí al menos?.
— Sí.
Dejó la mochila en el suelo y comenzó a sacar cosas que a JaeHyun le sorprendieron. ¿Una cinta de la película Dirty Dancing? ¿Un póster de Jon Bon Jovi? ¿Un álbum de ABBA? ¿Un gallo?.
— Vaya, que mezcla tan rara de cosas. ¿Qué es exactamente lo que te excita?.
Para transformarse uno necesita algo que le produzca emociones y sentimientos que hagan florecer sus instintos lobunos, en la academia era lo normal. Te hacían pasar por situaciones aterradoras, te hacían reír, te hacían llorar, intentaban excitarte, enfadarte, de todo. Por eso le mandó a Doyoung traerse cosas que le cabreasen, le alegrasen, le entristecieran y le excitasen, pero había traído cosas muy extrañas.
El pelinegro llevaba una semana entera intentando hablar con su omega interior como le explicó el alfa. Tenía que hablar con él y decirle que debía de salir después de estar dieciocho años escondido y olvidado, incluso si su espíritu lobuno no le contestaba, era probable que sí le escuchase, esperaba que ese fuera el caso.
— Dirty Dancing me pone feliz porque me recuerda a que Woo, Rosie y yo fuimos a verla al cine el día del estreno y fue un día muy divertido, el póster es porque Jon Bon Jovi me parece muy atractivo, en el álbum de ABBA hay canciones muy bonitas que me ponen muy sentimental y el gallo es porque me dan ganas de asfixiarle cada vez que suena.
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Traidores | JaeDo
FanfictionUn chico nuevo llegó al pueblo, atractivo, alto y con un aura misteriosa. Además, entró nuevo al último año de instituto, justo en su misma clase y siendo uno de los mejores estudiantes cuando se la pasaba mirando por la ventana toda la mañana. Par...