26: Infierno

76 5 0
                                    

Hoy era sábado, 17 de febrero de 1990. La noche estaba estrellada y con una Luna en su cuarto creciente brillando resplandeciente. Kim Mingyu tenía unos padres bastante ricos que vivían en un pueblo únicamente por evitar el bullicio de la ciudad, su padre era un renombrado abogado y su madre era accionista en el negocio de automóviles de su familia, así que era de esperarse que su casa fuese como sacada de una revista, como algo que sólo se puede ver en las zonas más ricas de la capital.

Según muchos, esta sería la fiesta del siglo.

A las siete de la tarde empezó a llegar gente, pero fue a las nueve que comenzó a llenarse demasiado. Alcohol, adolescentes con las hormonas revolucionadas, una piscina del tamaño de un apartamento, ningún vecino cerca que pueda molestar y más alcohol, igual a desmadre. Aunque parecía que todo el mundo se lo estaba pasando bien menos el cumpleañero.

— Vamos Jae, alegra esa cara, es tu puto cumpleaños– vociferó un alcoholizado MingyuHm–

— Eso intento.

— Se que se siente mal no tener a tus amiguitos pijos de la ciudad ni a tus papis, pero nos tienes a nosotros y a tu churri, y no necesitas a nadie más, ¿entendido?– su otro compañero de equipo, Juyeon, iba borrachísimo y apenas le entendió lo que dijo–

JaeHyun fingió una sonrisa y decidió olvidarse por un momento de sus problemas y pasar un buen rato con los amigos que había hecho en el instituto. Pensó que la fiesta se le haría larga y pesada, pero eso fue hasta que a regañadientes aceptó un vaso con vodka y a saber qué más, simplemente se lo bebió porque tenía mucha sed. Ni siquiera se fijó en que no sólo llevaba alcohol.

___________________
_________

— Woo, mira.

— ¿A dónde?.

— Hacia allá– contestó señalando su amiga que iba un poco perjudicada después de un par de vasos–

— Pero no señales, que nos va a ver.

— Si ya nos está viendo, mira.

JungWoo dirigió su mirada hacia donde su amiga señalaba descaradamente y le vio, precisamente a quien menos le interesaba ver. Estaba tan guapo con esos tres primeros botones desabrochados, lamiéndose los labios y llamándole con los ojos. Pero, no iba a caer en su trampa.

— ¿Y qué más da que nos mire?.

— Oh vamos, Kim JungWoo, ve ahí ahora mismo y habla con él– reprendió su mejor amiga–

— No tengo nada de que hablar con él.

— Pues no habléis, simplemente ve allí y cómele la boca.

— ¡No voy a hacer eso!.

— Verás como después de otro chupito no dices lo mismo– aseguró sonriente porque sabía que tenía razón–

— Doyoung, ayúdame.

— Lo siento, amigo, pero estoy con Rosie en este caso– dijo para luego chocar los cinco con su amiga–

— ¿Y para esto tengo amigos?.

— Oye Doie, ¿y tú porqué no estás con tu novio?– cada vez que bebía, la australiana se volvía muy directa–

— O sea, estoy con vosotros para que no os quejéis de que estoy siempre con él y ahora quieres que me vaya.

— No, es sólo que me ha parecido raro, nada más.

— Pobrecito, seguro que se está aburriendo, no le gusta celebrar sus cumpleaños– comentó el pelinegro–

— Yo no estaría tan seguro.

Traidores | JaeDoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora