A escondidas (lemon miraculous)

Enamorados

Marinette

Llevábamos un buen rato sin decir nada. Esa compañía era suficiente. Adrien seguía en mi pecho escuchando mi corazón latir. Era algo que había acostumbrado a hacer y me encantaba.

De repente me encontraba pensando en lo que había dicho muy concentrada.

—¿En qué estas pensando?— me pregunto Adrien mirándome a los ojos. Me había quedado tan pensativa que ni siquiera lo había notado.

— No es nada, solo tenía curiosidad saber porque te aterraba tanto la idea de no usar protección. No creo que sea tan grave si yo...— comenté acariciando su cabello como tanto le gustaba.

— ¡Bromeas! Es lo peor que pudiera pasarnos.— Eso dolió. ¿Lo peor que podría pasarnos? Sabía que no quería nada conmigo pero no pensaba que era lo peor.

—¿Lo peor? ¿Por qué lo dices?—trate de que sonara a que no me importaba, pero si lo hacia.

—Sí, tú sabes. Lo peor que podría pasar es que tu y yo tuviéramos un hijo. Tuviéramos que casarnos o al menos vivir juntos y eso sería un desastre.—rio como si eso fuera una broma.

¿Un desastre? No pensé que él tenía esa opinión sobre eso. Sonaba como una tortura imaginarse un futuro conmigo.

De todos modos no podía ilusionarme con él. Lo habíamos dejado en claro, solo nos pertenecíamos físicamente. Él no sentía nada por mi así que yo debía enterrar mis sentimientos.

—¿Y por qué sería un desastre?—me incorporé y me cubrí con una sabana intentando no sonar como si me molestara. —¿Sería tan malo eso?

—Marinette no tienes ni dieciocho años y yo apenas los tengo— parecía asustado con esta conversación.

Por supuesto que yo tampoco lo planeaba pero alguna vez me imagine tener una familia junto con Adrien cuando seamos adultos. Estaba segura que no quería nada serio conmigo pero esperaba más de él.

—Por supuesto que no ahora, no estoy diciendo eso. Sólo que no creía que tener un futuro conmigo sería algo tan malo— mi actitud cambio por completo. Ahora estaba furiosa con él.

Pero todo era mi culpa por ilusionarme con él. Me había dejado en claro que nunca pasaría nada más conmigo que algo físico y yo aun así había caído.

No dijo nada. Eso es lo que hacía cuando no quería decirme lo que en realidad pensaba. Se quedaba callado y eso me angustiaba.

—Sólo olvídalo—me levante de la cama aún con la sabana. Quería ir al baño a limpiarme y tomar una ducha.

—Marinette claro que no sería malo pero...— Me siguió y parecia nervioso por esta conversación. No habíamos hablado de nosotros en este mes pero quizás era necesario.

—No, está bien. Lo he entendido. Lo pero que te pudiera pasar es tener un futuro conmigo. —me encerré en el baño y él se quedo afuera pegado a la puerta.

—No era lo que quería decir Marinette, solo me asustaste con esa idea.— abrí la llave de la ducha para no seguir escuchandolo. No estaba de humor para seguir con esa conversación.

Mi mente de despejo y era como si un golpe de la realidad me azotara duro en el rostro. De repente todas esas inseguridades y sentimientos que había ocultado salieron a la luz.

Ahora pensaba con claridad en lo que estábamos haciendo. Me había convertido en alguien como Lila a quien no le importa que solo la usen para follar. Me había enamorado tan perdidamente que nunca me importo que Adrien no sintiera nada.