Adrien
—Adrien, por favor necesito que te calmes— Nino me sostenía mientras yo casi enloquecía. Sentí mi mejilla y estaba mojada. Toque mis ojos. ¿Acaso estaba llorando? Ni cuando mi madre desapareció había llorado.
No sabía que me estaba pasando. Estaba tan enamorado de ella que no podia seguir sabiendo que la lastime de esa manera.
— Soy un idiota— necesitaba ir a golpear a ese gilipollas. Él lo había causado todo, él me había quitado a Marinette y ahora estaba seguro de que lo mataría y no en un sentido figurativo.
— No, No ¿que vas a hacer Adrien?— exclamó Nino. Regrese a la biblioteca azotando la puerta. Estaba lleno de ira y me sentía impotente. Nino me seguía intentando que me calmara.
— ¡Te voy a matar!— lo empuje hacia abajo y Félix cayó de espaldas en el suelo. Me subí encima suyo y con mis puños cerrados comencé a golpear su rostro con fuerza. Su cara se giro hacia un lado.
Mi puños se clavaron en sus mejillas y la fuerza con la que lo golpeaba era tanta que de su boca comenzó a salir sangre.
— ¡Adrien basta!— Nino con sus manos intentó que me quitara porque si no mataba a Félix, por lo menos lo dejaría en el hospital. — ¡Alya ayúdame!
— No, quítate— mi hombro se movió hacia atrás con vigor pero no quería ser rudo con ellos.
— ¡Adrien detente!— no les hacía caso. Ambos intentaban quitarme pero no lo lograron. El rostro de Félix estaba lastimado. Esto se lo merecía.
Estaba seguro de que ya estaba inconsciente. Deje de golpearlo y me tire hacia atrás. Mis puños estaban lastimados. Nino se acerco a Félix para levantarlo.
— Lo siento— mire a Alya con arrepentimiento. ¿En que me había convertido? Ella me miro y me abrazo. Me eche a llorar en sus brazos. Estaba hecho un lío y todo por Marinette.
— Tengo que llevarlo al hospital, ¿Alya podrías cuidarlo?— Nino parecía un poco asustado por Félix. No me arrepentía de haberlo golpeado. Quería que sufriera como lo hacía yo en este momento. Y ni lo había dejado tan mal. Nino exageraba.
— No te preocupes, yo me encargo— Alya sostuvo mi cabeza contra su pecho. Ella era una buena amiga a pesar de todo. Debía contarle la verdad sobre Marinette porque de seguro no entendía que pasaba.
Vi como Nino tenía a Félix del hombro para ayudarlo a pararse. Quizás le había fracturado la nariz y le dejaría unos moretones pero eso se curaría pronto. En cambio Marinette nunca se recuperaría y yo menos.
—Adrien voy a llevarte a casa ¿si?— yo asentí y ella me sostuvo. Me sentía débil, quizás por la paliza que le di a Félix o quizás porque ahora si tenía el corazón hecho un jodido lío.
Me subí al coche con Alya y me recosté en la parte de atrás. Recordaba la mirada de Marinette y sus palabras resonaban en mi cabeza. «Oficialmente ya no me tienes»
La había liado en grande y no sabía cómo haría para arreglarlo. La amaba tanto que me odiaba por haberle hecho esto. No sabía porqué no pude controlar esos celos y ese sentimiento de venganza.
—¿Dónde está Marinette?— le pregunté a Alya. Ella se había ido pero ahora me daba cuenta que se había ido sola. Debía asegurarme de que se encontrará bien.
—No lo sé, no contesta su móvil, pero de seguro ha ido a casa. Después pasaré por allí. Lo importante ahora es curar tus manos.
El tiempo pasó volando y llegamos a mi casa. Ingrese la clave y el portón se abrió. Entramos y Alya me ayudo a llegar hasta mi habitación. Necesitaba alcohol si quería sobrevivir esta noche.
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A escondidas (lemon miraculous)
RomanceMarinette, una chica tierna, dulce y gentil. Es su naturaleza ser alguien correcta y fiel a su novio Félix ¿Pero que pasaría si en su camino se cruza Adrien, el primo molesto de su futuro ex novio? La naturaleza de Adrien a diferencia de Marinette...