Adrien
Sentí que nunca había manejado tan rápido en mi vida, aunque tuve que tener cuidado porque no podía conducir tan deprisa si veía a mi princesa todo el tiempo.
Llegamos en una media hora porque el departamento estaba un poco lejos. Noté que el edificio era hermoso. No era nada tan lujoso, era algo simple pero era de mi agrado.
—Creo que es el departamento treinta y cuatro—mencionó Marinette fijándose en los números. Mientras más veía este lugar más me gustaba. Tenía muchos arreglos de flores y todo parecía estar callado.
—Déjame ayudarte—tomé las llaves y abrí la puerta porque Marinette estaba teniendo dificultades con ello. Logré abrir la puerta porque estaba un poco desesperado por tenerla ahora mismo.
—Mira este lugar—Marinetta abrió la boca sorprendida. Era más grande de lo que me imaginé. —Pensé que mis padres habían dicho que era algo pequeño. Esto no es pequeño.
—Tienes razón. Hasta me siento un poco mal por todo el espacio que tendremos— inspeccioné más a fondo el departamento. Tenía dos habitaciones, una cocina espaciosa, una sala de estar hermosa con vista de la ciudad, y un pequeño balcón.
—Veamos la habitación principal—propuso Marinette. No sabía si tenía curiosidad o si me estaba proponiendo algo porque estaba igual de ansiosa que yo. Estaba seguro de que nunca me cansaría de follarla.
—¿Quieres que sea nuestra habitación o me mandarás a dormir en la otra?—hice un falso puchero abrazándola por detrás para darle un beso en el cuello. Ella rio de una manera risueña.
—Creo que esta es la habitación más grande así que será la nuestra. Ni pienses que podré dormir sin ti—juntó su mejilla con la mía hundiéndose en ese abrazo. Yo sonreí al escuchar eso.
—¿Qué os parece?—esta vez me referí a Tikki y Plaga. Necesitaba que ya se fueran si quería tener a my lady por esta noche.
—El refrigerador es grande y parece que cabe mucho queso—mencionó Plaga. Sabía que era un glotón. —Y la otra habitación se ve cómoda.
—Es un lugar hermoso. —intervino Tikki porque sabía que Plaga le comenzaría a buscar defectos a todo. —Como es su primer noche aquí, os daremos un poco de privacidad ¿Verdad, Plaga?
—Bien, no es como si tuviéramos otra opción. Sólo me llevaré mi queso—ellos dos se fueron volando y al fin estábamos totalmente solos. Sin los padre de Marinette o los kwamis.
—¿Sabes? Ahora que vivimos solos podríamos hacerlo donde sea—miré a Marinette de una manera un poco pervertida. No me contendría porque nadie podría pillarnos o escucharla a ella. Me gustaba la idea.
—Eres un guarro Adrien—ella me miró como desaprobando mi actitud pero sabía que ella también tenía curiosidad—No podemos ensuciar este lugar el primer día.
—¿Por qué no? Ahora es nuestro—la llevé fuera de la habitación hasta la cocina. Jugueteé con sus delgadas manos que quería tener sobre mi cuerpo. —Podemos hacer lo que queramos.
—¿Y quieres hacerlo aquí?—cuestiono sentándose en la encimera. Sus piernas tan blancas me estaban seduciendo para morderlas. El ambiente cambió porque Marinette también parecía estar desesperada por tenerme enseguida.
—La pregunta es sí puedo—espere su consentimiento. Quería estar seguro de que ella quisiera hacerlo aquí. Nunca lo había hecho en una cocina y se sentía más excitante por algún extraño motivo.
—Puedes hacerlo gato tonto.—sus piernas se enroscaron en mi cadera y me atrajeron hacía ella. Quería quitarle toda la ropa en este mismo instante.
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A escondidas (lemon miraculous)
RomanceMarinette, una chica tierna, dulce y gentil. Es su naturaleza ser alguien correcta y fiel a su novio Félix ¿Pero que pasaría si en su camino se cruza Adrien, el primo molesto de su futuro ex novio? La naturaleza de Adrien a diferencia de Marinette...