Después de la tormenta

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Marinette

Me desperté después de ese fin de semana tan horrible. Me sentía diferente esta mañana. Todavía me sentía deprimida y abatida por todo pero esperaba que este día fuera mejor.

Era lunes y como siempre me vestí para ir al instituto y desayuné. Hoy estaba a tiempo. Me despedí de mis padres y salí al instituto.

Tenía un presentimiento de que hoy sería mejor. Esperaba evitar a Adrien y no hacer ningún contacto visual con él. Ya sabía lo que sentía con respecto a mi y él sabía lo que yo sentía.

Intenté poner mi mejor cara y sobrevivir este día en paz.

—¿Que debería comprarte por tu cumpleaños?— cuestiono curiosa Alya. Estábamos sentadas en las gradas hasta que sonara la campana. — Es el gran 18 así que debería ser especial ¿que quieres?

—No debes comprarme nada, aunque si quieres regalarme una de las comidas de tu madre no me negaré. — le sonreí. Esperaba esconder mi tristeza porque Alya haría demasiadas preguntas.

— ¿Que te parece un viaje a Italia?— ¿un viaje? Eso no lo aceptaría ni muerta. Alya a veces era muy generosa.

— ¡No! No aceptaré nada costoso.

— ¡Por favor Marinette! Te prometo que no será tan costoso. Solo es Italia, será barato conseguir boletos del tren hacia allá.

Pasamos todos esos minutos que nos quedaban antes de iniciar clases para platicar sobre el viaje. Lo rechacé tantas veces pero dijo que ya lo había planeado con mi madre y era muy tarde cancelarlo.

Estaba emocionada por ello. Me ayudaría a relajarme y a olvidarme de Adrien y todo con mi mejor amiga. Y hasta podría contarle la verdad de lo que estaba haciendo con Adrien.

— Está clase comenzaremos con átomos, y esto estará en la lección de la próxima semana— La señorita Mendeleiev dio inicio a su clase.

No vi a Adrien a lado de Nino y durante toda la hora no apareció en la clase. Era extraño, él casi nunca se saltaba una clase porque sabía que su padre era estricto.

Durante todo el día esperé verlo entrar por la puerta pero no sucedió. Ese día no apareció. Eso me hizo dudar mucho de lo ahora pensaba de Adrien. ¿Y que si al verme con Luka lo lastime más de lo que pensaba?

Sabía que no me amaba porque no pudo decir esas palabras después de tanto tiempo. Sabía que había pasado un mes desde que comenzamos a acostarnos pero el sexo solo era una parte de nuestra relación.

Habíamos sido amigos por tanto tiempo y pensaba que tendría la suficiente confianza para decirme aquellas palabras.

—¿Que te pasa? ¿Estás bien?— pregunto Alya. Estábamos por salir de la escuela. El día había pasado volando. — Te has quedado pensativa.

— No es nada Alya— agarre mis cuadernos contra mi pecho para que no cayeran. Si estaba tan despistada causaría algún accidente.

—Te conozco y siento que algo me ocultas ¿ha pasado algo con Chat noir?— con su hombro golpeó suavemente el mío con una pizca de picardía. Ella seguía emocionada por eso.

A escondidas (lemon miraculous)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora