A escondidas en el vestidor

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Adrien

Aún no estaba seguro de porque actué así. Quería tocarla y tenerla para mi pero no quería pasarme con ella. Necesitaba que volviera a confiar en mi.

—Lo que te he dicho ha estado mal Marinette. Lo he dicho sólo porque estaba celoso y quería lastimarte, pero sabes que eres mucho más que eso.

—Adrien yo...— la interrumpí. No quería que rechazara lo que decía.

—Déjame demostrarte que siento muchas cosas por ti.— mire sus labios ligeramente hinchados. Sus labios eran rosados por naturaleza pero cuando la besaba se volvían rojos.

— No puedo estar con alguien que no me ame Adrien, ya no más— sus palabras querían rechazarme pero su mirada estaba plantada en mis labios.

Quería decirle que la amaba pero no podía hacerlo. Esas palabras no salían. Era como si mi cerebro me obligara a no decirlas. Odiaba sentirme así.

— Porque no pueda decirlo no significa que no sienta algo por ti. — pase mi dedo pulgar por sus labios y los estire hacia abajo. Ella miro mis movimientos con suma atención.

—Si no puedes decirlo es porque algo te lo impide. Y quizás deberías averiguar qué es.— tomó suavemente mi mano y la alejo de su rostro.

¿Por que no podía decirlo? Ya había ido con la intención de decirlo pero quizás solo fue la adrenalina del momento. Ella tenía razón, había algo que me lo impedía y debía descubrir que era pero por ahora no dejaría que se escapara.

— ¿Acaso no ves lo que provocas en mi Marinette?— impedí que se fuera. Cerré la puerta con fuerza y la cerré con seguro nuevamente — Me vuelves loco cada vez que pienso en ti.

—Estoy segura de que eso le dices a todas, y yo soy sólo una más.— su mirada estaba gacha. —Y ya estoy cansada de tus mentiras

—Marinette no eres alguien más para mi, tu eres diferente. Y sé que soy un idiota y un mentiroso pero cambiare por ti.— ella río como si esto fuera una broma.

—Adrien la verdad ya no sé en que creer— se abrazo a si misma. Sabía que era difícil créeme pero decía la verdad. Ella me volvía totalmente loco.

—Sólo créeme por esta vez, estoy seguro de que no te defraudaré— pose mi mano sobre su hombro.

—¿Y qué hay de tus malditos celos? Sé que no puedes controlarlos y estoy segura de que esos te obligan a cometer locuras, y no se si pueda estar con alguien así.

Bueno, mis celos no podía controlarlos pero podía intentarlo. Ya sabía que ella nunca me engañaría con nadie y quizás no quería estar con Luka entonces intentaría controlarme.

—Tiene razón, cuando tengo celos cometo estúpideces, pero créeme que intentaré controlarme.

—Aún no puedo creer nada de lo que dices.

Debía hacer que me creyera. Necesitaba que entendiera lo que sentía por ella así que tome su mano y la acerque a mi pecho para que sintiera cuan agitado estaba mi corazón.

—Esto es lo que siento por ti.— ella se sorprendió por mis latidos. Continuó mirando mi pecho hasta que se acurrucó en él. Sentí como escuchaba mis latidos.

—Late muy rápido— olfateé su cabello que desprendía un olor adictivo a coco y con mis brazos la sostuve fuertemente.

— Te lo he dicho, esto es lo que provocas en mi cada vez que te veo.

Sentí como sus manos se movían un poco para seguir tocando mi pecho. Era un momento tierno y amaba sentirla así de cerca. Ella no solo era alguien como un cuerpo bonito, ella era especial.

A escondidas (lemon miraculous)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora