Adrien
Eran las ocho y media de la mañana y sonó la alarma. Esto era una tortura porque no quería levantarme. Estaba cansado por lo de anoche. A veces Marinette podía llegar a ser un poco salvaje.
Con el paso de los años se volvió un poco más salvaje en el sexo. Pensé que no pasaría, pero lo hizo. Hasta lograba dominarme muchas veces. Debía reconocer que había mejorado mucho y nunca me aburría de ella.
Había ya pasado casi cuatro años desde que nos mudamos juntos. Marinette y yo estábamos a punto de graduarnos de la universidad y no podíamos estar más felices.
—Buenos días—me voltee hacia Marinette después de detener la alarma que me tocaba los cojones todas las mañanas.
—Buenos días—respondió Marinette acercándose para darme un corto beso.— ¿A qué hora vendrá Alya?— cuestionó.
—¿Y mi "te amo"?— pregunte haciendo un puchero. No había olvidado mi promesa de hace años.
—Te amo, tonto—ella me abrazo después de disculparse por olvidarse de mi.
—Te amo, princesa—la abrace rápidamente porque recordaba que debíamos ya alistarnos.
Nos levantamos y arreglamos la habitación. Ambos nos duchamos porque anoche fue un desastre. Correrme en su espalda, pechos y rostro tantas veces no fue una buena idea porque ahora ambos estábamos sucios.
Después de tomar la ducha fuimos a desayunar como todos los días. Marinette lo preparaba porque yo era un inútil y no sabía hacer nada. Y ella hacía las más deliciosas cosas que había probado en toda mi vida.
—¿Quieres un poco más tostado tu pan?— cuestionó Marinette enseñándome esa rebanada.
—No, así está bien. Gracias.— ella me sirvió con amabilidad y ambos disfrutamos de ese desayuno.
—Alya debería estar aquí en diez minutos— revisamos el reloj de la cocina. Este día sería algo cansado.
—¿Crees que podamos sobrevivir?— pregunté con un poco de miedo. En realidad estaba nervioso por este día.
—¡Claro que podemos! Somos Ladybug y Chat noir y podemos cuidar de un niño sin problemas.
—No lo sé, nunca lo hemos tenido por tanto tiempo. ¿Y si le pasa algo?—comente con nerviosismo.
Alya y Nino nos habían pedido cuidar a su pequeño hijo de tres años. Hace mucho que ellos no estaban solos así que por eso accedimos a hacerles el favor. Lo cuidaríamos todo el día para que ellos pudieran tener una cita.
—No le pasará nada—habló con confianza.— Puede ser que no tengamos mucha experiencia con niños, pero esta es nuestra oportunidad de practicar.
—Pero...
—Nada de peros Agreste. Nosotros podemos hacerlo—me dio un beso en la frente y me dio seguridad.
Me sentía mejor si sabía que Marinette estaba conmigo mientras cuidábamos a Lucas. Estaba seguro de que podríamos hacerlo si trabajamos juntos.
Termine de lavar los platos mientras Marinette arreglaba el departamento rápidamente. Después de unos minutos el timbre sonó.
—Ya han llegado—dijo ella mientras me veía. Yo me paré junto a ella y abrimos la puerta para recibir a nuestros amigos.
—¡Marinette! ¡Adrien!— exclamó Alya muy animada. Era la primera vez que la veía de esta manera desde hace meses. Parecía que le sentaba bien un día libre.
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A escondidas (lemon miraculous)
RomanceMarinette, una chica tierna, dulce y gentil. Es su naturaleza ser alguien correcta y fiel a su novio Félix ¿Pero que pasaría si en su camino se cruza Adrien, el primo molesto de su futuro ex novio? La naturaleza de Adrien a diferencia de Marinette...