Capítulo 13

7.6K 540 11
                                    


Damien saltó del sofá y se acercó a la mesa donde tenía las bebidas espirituosas. Se sirvió de un whisky y lo tragó de un solo golpe. Volvió a colocar otra dosis en su vaso y sirvió otro vaso más.

Se acercó al sofá, de pie, frente a Kalenna y le extendió el brazo que tenía una de las bebidas.

—Toma —le dijo—, creo que hoy es una ocasión especial.

Ella miró el líquido ambarino agitado en el vaso y lo cogió. Llevó un poco a los labios y lo bebió despacio. Cuando el contenido pasó ardiendo su garganta hizo una mueca de asco. Pero tras unos segundos, volvió a beber un trago, de esta vez más largo.

Damien se sentó a su lado nuevamente.

—Calma. Bebe con calma o te va a asentar mal —le indicó preocupado. Ella asintió.

—Sé que te estoy haciendo muchas preguntas y esto no es una reunión. Pero necesito, de verdad, que me expliques con detalle esas acusaciones. Lo que tú has dicho es muy grave. Muy grave. ¿Lo entiendes?

—Sí. Lo sé. Pero es real. James intentó matarme, por dos veces. Por eso te dije que me maltrataba. Aparte de las cosas que hacía o intentaba hacerme, por dos veces, sé a ciencia cierta que intentó acabar con mi vida. Y es por eso por lo que quería salir de su casa. La última vez fue el día anterior a ir a tu despacho por primera vez.

—¿QUÉ? Me cago en todos sus muertos. ¿Qué me estás contando, Kalenna? —La ira en su voz era más de lo que conseguía soportar. Nunca se había sentido tan fuera de control ante una persona como ahora. Con todos los años manteniendo su aspecto frío e impenetrable en miles de situaciones, en aquel momento, las palabras de ella lo estaban llevando al borde de la desorientación—. ¿Te ha intentado matar? ¿Cómo? ¿Qué ha hecho? ¿Por qué no has dicho nada cuando entraste en mi despacho? Podría haber pedido una interdicción cautelar.... ¡Joder! Voy a acabar matándolo yo.

—No podía hacerlo. No quería que supiera que le tenía miedo. Es perverso y se aprovecha del miedo de los demás... es asqueroso... y... —sus palabras salían llenas de asco.

—De una puta vez, vas a contarme, ahora, todo lo que te ha hecho. Me estoy volviendo loco. De hoy no pasa. Soy capaz de matarlo y aún no sé ni la mitad. Por Dios, Kalenna, no me escondas nada. No protejas ese hijo de puta —estaba desesperado. De repente, toda la historia se estaba volviendo más surrealista y oscura de la que él podía imaginar. Solo de pensar lo que pueda haber pasado estaba revolviendo sus entrañas.

—Voy a contarte todo. Te prometo. Pero cálmate, por favor. No quiero protegerlo. Quiero protegerte a ti —dijo muy pautadamente y asustada.

Damien soltó una carcajada sonora.

—¿Qué me estás diciendo? —se reía, pero su risa se puso seria enseguida— ¿Me protegiendo a mí? Kalenna, escúchame bien, pero muy bien lo que voy a decirte. Lo mato, ¿te ha quedado claro? Esa bosta de hombre no puede nada contra mí y que ni si le ocurra tocarte con un solo dedo, ¿te ha quedado claro? Le destrozo la vida, lo aplasto como el insecto que es.

Tenía la sangre ardiendo. Sentía que los ojos se incendiaban de tanta rabia que sentía de él y de lo que aquel capullo estaba consiguiendo incitar en la cabeza de ella.

—Sé de lo que es capaz. Es falso, actúa de forma deshonesta. Y conoce personas peligrosas. Empecé a desconfiar que algo no era normal en él, porque cuando estábamos juntos... quiero decir... cuando teníamos relaciones —tragó un poco del alcohol que tenía en las manos, para ganar coraje. Se sentía intimidada a hablar de aquello delante de Damien. Nunca había dicho a nadie lo que Jamie le hacía. Tenía vergüenza y asco.

El abogado de familia © *TERMINADA Y COMPLETA*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora