Capítulo 22

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Seguían abrazados, cuando la puerta de su despacho se abrió, dejando entrar a una Arizona muy altiva. Cuando ella miró los dos en el sofá abrazados de forma tan intima, la sonrisa que traía en el rostro se desvaneció.

—Perdón, pensé que ya habías terminado la reunión —dijo.

Damien se separó de Kalenna y se levantó.

—¿Cómo has entrado aquí? —su voz era áspera y fría—. He dejado órdenes expresas para no ser interrumpido. ¿Qué coño quieres?

Arizona miró a Kalenna que la miraba y se sintió humillada e insultada. Pensó que Damien se iba a arrepentir de tratarla así delante de una furcia como la mujer a la cual estaba abrazando. Rota por los celos y la vergüenza, salió del despacho sin decir nada.

Damien y Kalenna se arreglaron y salieron de las oficinas juntos para ir a casa.

En los días siguientes, Damien se había puesto en contacto con Fred, le contó todo lo que había sucedido y juntos trazaron un plano para recuperar la información que Kalenna guardaba. A los pocos días, veían las grabaciones en el despacho de Fred, acompañados por su amigo policía que ahora empezaba una investigación crimen contra James. Solo estaban esperando el momento cierto para pillarlo. Tenían que saber quién eran aquellas jóvenes y si las grabaciones habían sido hechas con o sin su consentimiento.

Damien se sentía asqueado al ver tales imágenes e imaginar las cosas que podría haber hecho a Kalenna. Usaba aquellas niñas como sus sumisas, usando la fuerza y herramientas eróticas y otras menos eróticas para humillarlas y hacerles de todo. Era sucio. Se veía perfectamente que debían ser menores o por lo menos jóvenes el suficiente para ser amenazadas o inducidas por dinero u otras cosas. El caso se abriría y hasta que tuviesen pruebas contundentes contra él, tenían que actuar con precaución y confidencialidad. Damien mandó reforzar la seguridad a sus edificios y personas.

Casi no iba a la oficina, pasaba mucho tiempo en casa y por un par de semanas estuvo siempre con Kalenna, le gustaba su compañía y tenerla por cerca. Seguía confuso y reticente con sus sentimientos, pero tenerla en su cama todas las noches y hacerle el amor varias veces en varios locales de su apartamento era un sueño hecho realidad. Cuanto más la tenía, más la necesitaba y no podía sentirse saciado con ella. Siempre quería más. Conocía cada rincón de su cuerpo y podía darle placer de todas las formas inexplicadas.

Estaban los dos sentados en el sofá, pero ella usaba su regazo como asiento.

—Cariño, mañana tendré que ir a la oficina para tratar de los últimos trámites, antes de la presentación en tribunal. La primera audiencia es dentro de tres días.

—¿Tengo que asistir? ¿No hay forma de que puedas ir en mi representación? —Kalenna no quería encontrarse con James delante del juez. No quería ver su mirada ni escuchar las cosas que iba a decir contra ella.

—No, mi amor. No es posible. Si fuera, no te haría pasar por esto, de forma alguna. Tienes que ser fuerte. Yo estaré a tu lado todo el tiempo y conduciré la conversación. Solo tendrás que mantenerte firme y cuando el juez pedir que hables, le dirás todo lo que ya hemos revisado. Confía en mí. Todo irá bien. El juez de instrucción que fue nombrado es muy bueno. Espero que eso abone a nuestro favor.

—De acuerdo. Yo confío en ti —le dio un beso apasionado—, pasaré a la hora de la comida y podemos salir a comer juntos, ¿Qué te parece?

—Me parece perfecto. Tú eres perfecta. Te llevaré a comer sushi. Hay un restaurante maravilloso que te va a encantar.

Kalenna puso la mano en la boca y ahogó una arcada. La idea de comer pescado crudo, súbitamente, la estaba dejando angustiada.

—¿Pasa algo, te encuentras bien? —preguntó Damien, con verdadera preocupación.

El abogado de familia © *TERMINADA Y COMPLETA*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora