Capitulo 56

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Yoongi se mantuvo cerca de la habitación de hospital, prácticamente gritando al teléfono para que sus colegas de los medios no publicaran o hicieran ningún reportaje sobre lo sucedido.
Era tarde, estaba cansado y lo que menos quería era acumular mas estrés y problemas a Jimin.
Cuando estuvo por sentarse en una de esas banquitas de espera, el rezonar de los tacones sobre el marmol y los gritos discretos de su madre le hicieron ponerse de pié.

YunJi y Kyungje caminaron a toda prisa hasta llegar a su hijo, listos para bombardearlos de preguntas sobre porqué estaba en el hospital.
Kyungje mantuvo la calma, razonar cómo persona civilizada era lo mejor, pero su esposa tenía planes diferentes.

-¿Qué está pasando? ¡¿Tú hermano está bien?! ¡¿ Es grave?! Llamaremos al especialista, o mejor aún, llama a tu amigo el genio ¿Cómo dices que se llama? ¿ Taeyun? ¡Taehyung, si! ¡Llámalo!

Yoongi alzó la vista con una mueca de cansancio, alzando sus brazos como un niño pequeño para abrazar a la hermosa mujer. Su madre seguía viendose como una jovencita de 25 años en vez de una mujer pisando sus 60, al contrario de él que las arrugas bajo sus ojos parecian querer salir antes de tiempo.

-Tranquila mamá, Jungkook no está enfermo. Alguien muy importante para mi está ahí, con sus padres de echo.- explicó sereno, tomando asiento y saludando cordialmente a su padrastro. El hombre lo atrajo en un abrazo amistoso, dando palmaditas en su espalda e incitandolo a tomar asiento junto a su madre.

-¿Es algo muy grave?.- preguntó su padre, señalando la habitación a puerta cerrada.
Yoongi negó, intentando escuchae aunque sea un poco de lo que estaba sucediendo ahí adentro.

Dentro de la habitación el silencio reinaba en el ambiente.
Jimin solo se dedicaba a ver un punto fijo en las sabanas, buscando las palabras correctas y formales que debía usar para lo que estaba apunto de decir.
Cuando se sintió listo, no esperaba que su padre tomara su manita entre las suyas. Sintió el leve apretón y la mirada cariñosa que lo incitaba a decir más.
Suspiró cansado, algo adolorido de la espalda.

-Ahora entiendo que son mis padres,- comenzó diciendo, temblando ligeramente ante toda esa atención.- pero no pueden obligarme a quererlos. Hasta hace poco todo lo que conocía sobre mi mismo era que no tenía nombre, si no un número, que mi comida se debía de hacer con una aguja en mi brazo, y que viviría por siempre entre 4 paredes blancas.

-Cielo, nosot.-

-No, aún no termino. Cuando vi aquella oportunidad al final del abísmo supe que debía de tomarla, me escondí, corrí y corrí hasta caer rendido en medio de un bosque, me arrastré sobre el suelo cuando mis piernas no respondian y terminé a la orilla de la carretera, solo me quedaba esperar mi muerte y tal vez así, solo así, sabria lo que era la libertad.

Sorbió su nariz con fuerza, retirando las lágrimas que se colaban por sus ojos. No le gustaba mucho llorar, mucho menos que Yoongi lo descubriera haciendolo, pero tal vez era necesario ahora.

-No pueden separarme de Yoongi, tampoco obligarme a trabajar para ustedes. No solo soy un "heredero", cómo me lo explicó Yoongi, también soy su hijo y deberían apoyar mis decisiones.

-Yo no voy a separarte de Yoongi, Jiminnie.- La vos de su padre era tranquila, fuerte y acogedora que sentía dormirse si el hombre continuaba hablando.- Pero somos tus padres, y te extrañamos mucho todos estos años de tu ausencia. No nos alejes, y nosotros no te alejaremos de Yoongi.-el hombre dejó un beso sobre su mano, acariciandola levemente para que descartara su postura rígida y seria.
Jimin sonrió, solo para su padre, puesto que su madre parecia no estar de acuerdo con nada.
Decidió dar por terminada la situación, pidiendoles amablemente que lo dejaran solo para poder descansar y, tal vez, comer un poco. Su madre se mantuvo ahí, sin querer moverse e ignorando los  brazos de su esposo sobre sus hombros.

-Tu necesitas ir a la escuela, necesitas prepararte académicamente y luego retomaras el cargo en la compañía.

-¡Dije que no! Soy inteligente, Yoongi me enseña mucho sobre historia y Jungkook sobre tecnología. No quiero esa compañía y si me la das a la fuerza entonces la mandaré a la quiebra, ¿Entendiste? Ahora retirarte antes de que pierda la pasciencia contigo.

Escuchó la estruendosa risa de su padre en la puerta, abriendola para que Yoongi pudiese pasar a ver al pequeño.
Jamás pensó que su propio hijo le callaría la boca a su esposa, y sinceramente se lo agradecía.

Le dió unas palmaditas amistosas a Yoongi, susurrandole lo que estaba pasando.

-Los visitaré después, sin la compañía de mi esposa para el bien de Jimin.- le dijo discretamente, sacando a la mujer molesta e indignada casi a tirones del lugar.

-¡Yoonie hyung!.- Jimin no pudo evitar emocionarse, tal vez porque si se lo pedía a Yoongi este le compraria su hamburguesa.

-¿Te sientes mejor cariño?.- le dijo tranquilo, acariciando sus cabellos y besando con ternura sus bellos mofletes.
Jimin asintió sonriente, acurrucandose en las manos de Yoongi y haciendose un lado para que este mismo se acostara junto a él.
Palmeó su costado, esperando a que Yoongi entendiera lo que quería.
El hombre no tardó en comprender y se recostó a su lado, escondiendo su rostros en el cuello.

-Te quiero mucho minnie.

-¿Minnie?

-Es mi apodo para ti. Así como tú me llamas Yonnie, yo te llamaré Minnie.- explicó sonriente, jugeteando con las manos de su amado.

-Me gusta Minnie, es bonito.

-Un apodo bonito para alguien bonito.

Jimin rió, besando con cariño los labios de Yoongi y dejando leves caricias en su cabello.
Su momento de cariño e intimidad se vió interrumpido por Taehyung y la enfermera tras de él. Gruñó molesto, teniendo que abandonar su cómodo lugar y retomar su postura de "hombre de negocios".

-Lamento interrumpir tortolitos, pero solo vengo a darles el frasco de vitaminas y su hoja del alta. Pueden irse a casa si quieren.- explicó Taehyung, dandole las vitaminas con aspecto infantil a Yoongi.- 1 pastilla por 2 veces al dia durante 3 semanas, ¿entendido?.

Yoongi solo asintió, guardando el frasco y comenzando a recoger las cosas de Jimin.
Olvidando por completo que sus padres se encontraban afuera todavía.

-Yoonie...

Jimin le llamó tímidamente, jugando con sus deditos y manteniendo su mirada en sus manos.

-¿Si?

-Tengo hambre, ¿Me compras papitas fritas y hamburguesas?

Y, cómo siempre, Yoongi no podía decirle que no.

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