PRODUCTO ~Yoonmin~

Capitulo 41

Estar frente a ese recinto clínico siempre logra ponerne nervioso, incluso hasta enfermo; pero no hoy. Hoy tengo mis motivos para estar aquí, Sunhe merece conocer su nombre... junto con toda la verdad.

Era extraño aún conservar mi pase de acceso a las instalaciones, pero lo guarde en caso de emergencia.

Pude notar un guardia de seguridad en la entrada al ala oeste, el cual me miraba muy extraño, sería bueno actuar un poco para evitarme problemas.

-Buenas tardes, ¿eres nuevo, no? Soy el doctor Kim. Tengo prisa- mostré mi antiguo pase de acceso y el tipo nisiquiera lo revisó, solo se hizo a un lado y me dejó pasar. Ahora entiendo como es que Jimin logró escapar de este lugar- Gracias, ¿Los demás doctores donde están? Interrumpieron mi dia libre para nada.

-Todos están en una junta en la oficina del doctor Wong.

-Ya veo, lo mejor será que vaya a ver mi proyecto. Ya sabes como es el doctor Wong si alguien llega tarde.- este tipo no tiene idea nisiquiera de donde esta parado.

Di una leve reverencia y caminé hasta el edificio donde "guardan" a los productos, entrando con la esperanza de que Sunhe estuviera en la misma habitación de hace años.

Aquel pasillo blanco era abrumador y solitario, puertas de metal en los costados con pequeñas ventanas sobre estas que permitian ver hacia el interior.
La mayoria de los cuartos estaban vacios, ninguno se habia dignado a poner aunque sea una cama para aquellas personas. Enfermos.

La puerta seguia donde mismo, incluyendo la placa con el número de producto incrustada a un lado.

17305

Esos números se miraban brillantes ante mis ojos, como si me llamaran o rogaran cruzar aquella puerta de metal. Incluso me daba miedo mirar por la ventana de arriba.

¿Cómo sería ahora?

¿Qué tan alta es?

¿Su brazo empeoró?

-Se que hay alguien afuera. Si vienes a administrarme esa cosa te recomiendo que te vayas, voy a romper tu cuello si te atrevez a tocarme- la dulce voz femenina detras de la puerta me dejó sin habla. Ahora entendia a que se referian con eso de que estaba volviendose "salvaje".

-¿Vas a lastimar a Principe Jin? Vaya... esperaba una mejor bienvenida- hablo burlesco del otro lado, con si frente recargada en la puerta sin abrirla todavia.

El silencio se hizo presente en el interior, seguido de llantos ahogados por parte de la chica.

Se armó de valor y abrió la puerta despacio...

Ahí estaba.

De pié, esperandolo con los brazos abiertos se encontraba una pálida y delgada chica.
Con su cabello largo y oscuro y un mar de lagrimas sobre su rostro.

En un segundo aquella pequeña niña estaba sobre él, abrazandole y llorando desconsoladamente en su hombro. Ciertamente le recordó un poco a él mismo, aquella vez en la que lloró en el hombro de Namjoon.

-¿Va-vas a llevarme contigo?-  habló entre hipidos cortados.

-Lo voy a intentar...

Caminaron juntos hasta el costado de la puerta, sentandose juntos en el suelo.

-¿Recuerdas que te prometí tu nombre?.

17305 lo miró con ojos brillantes y esperanzados. Asintió con la cabeza, las palabras no querian salir de su boca.

-Lo conseguí, junto con otras cosas que te contaré en casa. Vas a ir conmigo, tenemos 10 minutos para salir de aquí.

-¿Voy a vivir contigo?- preguntó emocionada, limpiando las lagrimas que habian corrido por sus lindos ojos.

-Estaras en un lugar mas seguro, pero yo estaré ahí todos los dias. ¿De acuerdo?

-Sip, vamonos.

17305 se puso de pié, dispuesta a abrir la puerta y salir corriendo de una buena vez.

-Espera, hay que arreglar tu cabello un poco. Sientate.

La chica se sentó frente a Jin,  con una enorme y emocionada sonrisa en su rostro.
Sacó de su mochila el cepillo y la pinza para el cabello, desenredando y atando el oscuro cabello en una coleta alta, permitiendole ver las lindas facciones de la joven.
Sacó el pequeño botiquin, dispuesto  a curar y cubrir las heridas del brazo ajeno; concluyó su labor con exito, sintiendo la dulce mirada justo en su rostro.
Por último, tomó su propia chaqueta y la colocó delicadamente en el cuerpo de la joven, afuera estaba en medio del invierno y no creia que llegara aguantar la ventisca helada de la noche.

-Vamonos... SunHe.

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-¿A donde vas a llevarme, principe Jin?- preguntó Sunhe, tomando la mano de Jin y avanzando cautelosamente por el pasillo.

-Te llevaré conmigo al departamento de mi novio. Te prepararé todos los postres del mundo y te daré ropa cálida para el invierno.

El hombre de seguridad seguia parado al costado de la puerta, era momento de actuar.

-Escuchame muy bien, porque de esto depende que puedas salir. Parate justo aquí y escondete, cuando haga la señal vas a correr hasta ese auto.

La chica asintió emocionada.

¡Estaba por salir de ahí!
Cualquiera en su lugar estaria mas que emocionada.

Divisó a Jin caminar tranquilamente por el estacionamiento, hasta tener de frente al guardia de seguridad. Guardó silencio e intentó escuchar todo lo posible.

-¿Qué haces aquí? El doctor Wong está buscandote como loco. ¡Ve!

Aquellas palabras hicieron que el hombre corriera a toda prisa, dejando el campo libre para quien sea. Vió la señal de Jin y corrió con emoción hasta posarse al lado del vehiculo que le habia indicado con anterioridad.

-¡Sube!

Le ordenó Jin entre risas.
Era la primera vez que estaba en una de esas cosas  metalicas con ruedas, le llamo la atenció lo calido que se encontraba ahí dentro.
Pero habia alguien más ahí, alguien al que desconocia y estaba dispuesta a atacarlo si Jin no le daba explicaciones.

-Justo a tiempo Nam, gracias.- escuchó a Jin decirle eso al sujeto que se encontraba al frente.

-Un placer Jinnie.

Hizo movimientos extraños al frente y sintió como aquella cosa empezaba a moverse, logrando asustarla por un momento.
Respiró ondo y miró por la ventana, todo era verde y el cielo se encontraba grisaseo.
Pronto se encontraban camino a lo que seria su nuevo hogar "temporal".

-¿Quién eres?- se atrevió a preguntar al sujeto junto a Jin, el hombre la miró por el espejo del retrovisor, proporcionandole una sonrisa cálida que removió un poco su corazón. Nunca nadie le habia sonreído a expecion del principe.

-Soy Namjoon, salgo con este lindo chico a mi lado. Ahora jovencita, aborche su cinturón porque nos espera un largo viaje a casa.

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-Jefe Wong. ¿Me buscaba?- preguntó el guardia de seguridad en un hilo de voz, respirando dificultadamente por el esfuerzo de correr de un edificio a otro.

-No. ¿Quién te dijo eso?

-El doctor Kim me dijo que usted me necesitaba.

-¿Qué dijiste?

-El doctor Kim.

El jefe wong palideció por un momento.

-¡Ese maldito ya estuvo aquí!

-y acaba de irse también.