•clairvoyant• | albus s. potter

EPILOGO

Albus
7 años después

Gruño contra la almohada al mismo tiempo que me remuevo en la cama, el despertador no se calla y me provoca unas infinitas ganas de estrellarlo contra la pared.

Un brazo se extiende sobre mi torso desnudo, y acariciando provocativamente, baja hasta llegar al inicio de mi cadera.

—Amaneciste con las manos traviesas ¿eh?— hablo con voz ronca, mientras lo hago por fin logro apagar el maldito reloj infernal.

—Yo estaba teniendo sueños bastante inocentes pero esa cosa me despertó y no pude evitar caer en la tentación. Quién te manda a dormir sin camiseta... esposo— murmura Ella adormilada.

Giró el cuerpo para verla de frente y como siempre, su imagen despertando a mi lado no deja de ser perfecta.

Los años solo habían hecho que Ella Black embelleciera más.

El largo de su cabello castaño lo llevaba al inicio de sus clavículas, un rizo caía sobre su frente y no dudé el ponerlo tras su oreja.

Sus bonitos ojos grises se entrecerraron al fruncir su nariz.

—¿Y mi besito de buenos días?

—¿Me dejas apreciarte primero? Estás hermosa.

Mi esposa sonríe ampliamente mientras sus mejillas se sonrojan tenuemente.

—Es muy temprano para hacerme sonrojar, Severus— se queja en broma.

Rió por lo bajo y me posicionó sobre ella.

—Eso lo hubieras pensado antes de provocarme por la mañana— susurro sobre sus labios.

Ella deja salir un suspiro fascinada.

—La confianza que has adquirido con los años es tan sexy— dejo un beso en su sien y luego bajo hasta su cuello para hacer lo mismo— Vas a llegar tarde, ojos bonitos...

—Sere rápido y eficiente— respondo con confianza.

—Merlín— jadea cuando dejó caer un mordisco algo fuerte en su piel expuesta— Scorpius tiene razón... te crees un vampiro.

—Y a ti eso te fascina— me rió subiendo su camisón.

Lo dejo sobre la mitad de su estómago y luego la provocó jugando con la cinturilla de la diminuta prenda que queda en su parte inferior del cuerpo.

—Dijiste que ibas a ser rápido— replica afectada por las caricias discretas.

—Suenas algo desesperada, Eirene— me burlo.

Ella resopla y me insta con las caderas para que meta prisa.

—Pues claro que lo estoy, si no te apresuras vas a llegar tarde al hospital y además no tarda en despertarse la be...

Un estridente llanto resuena por el pasillo fuera de nuestra habitación.

Maldigo por lo bajo y Ella se mofa de mi.

—Te lo dije. Ahora te aguantas hasta la noche— me da un empujón y se levanta de la cama acomodando su pijama— Recuerda que hoy tendremos una reunión por la tarde en La Madriguera, al parecer alguien tiene que dar un anunció importante.

—Vale— murmuró derrotado.

Paso una mano por mi rostro tratando de espabilarme.

Ella me da una última sonrisita antes de correr fuera de la recámara.

» Debí haber sido más rápido— me lamento antes de ponerme de pie y dirigirme a la ducha.

La cual obviamente fue una fría...