•clairvoyant• | albus s. potter

Capitulo 21: El tío galán

Ella
18 de Diciembre de 2021

—Acabó de ver a Jenkins. Ya ha vuelto a dejar de ser un panda otra vez— comenta Fred con burla entrando al compartimiento.

Rose y yo saltamos en nuestro asiento.

» ¿Por qué esas caras de espanto? ¿Qué travesura planean?

—Cosas de chicas— respondo frunciendo la nariz.

Es impresionante como la manada de primos Weasley se las apaña para entrar en el compartimiento.

» Eh, chicos no quiero ser cruel pero... estamos teniendo una conversación privada.

—Una pena. No hay muchos compartimientos vacíos— dice James soltando un bostezo—¿Desde cuando son tan amiguitas?

—Que te importa— decimos ambas al unísono.

Luego compartimos una sonrisa cómplice.

El último mes, Rose y yo nos habíamos vuelto muy buenas amigas. La mayoría de las veces nos veíamos en la biblioteca para apoyarnos con tareas y cuchichear sobre chicos.

Y por chicos me refiero a solo a dos: Albus y Scorpius.

Nuestros futuros esposos.

Nunca había tenido una amiga. Era algo maravilloso.

Había muchos temas que no podía conversar con mis amigos de casa. Y con la chica Weasley lo hacía a mis anchas. Además, soy la única a la que puede contarle con libertad sobre su amor secreto.

La pobre de Rose tenía amigas, pero todas estaban coladas por sus primos. Harían lo que fuera por agradarles o ser cómplices con ellos y eso incluye contarles la primicia del amor de Rose. Siendo sincera, no pensaba que realmente fueran sus amigas después de que me dijera eso.

Pero Rose es lo suficientemente mayor para saber con quien juntarse. No me iba meter donde no me llamaran.

—¿Y ese milagro qué no estas con Al? ¿Se pelearon?— bromea Lucy frente a mi.

Suelto un gruñido y todos, menos Rose, abren los ojos sorprendidos.

» Oh mierda. Se pelearon.

—¡¿Qué?!— chilla Lily escandalizada a mi lado— ¿Por qué? ¿A quién golpeó?

—Al tarado de tu hermano—refunfuño cruzándome de brazos.

Lily golpea a James.

» El otro tarado.

—Gracias— replica James con sarcasmo.

—¿Phe sushedio?— pregunta Hugo con golosinas en la boca.

Suelto un suspiro pesado y comienzo a contarles lo sucedido.

Hace una hora

—Ah... que aburrimiento ¿nos besamos Sev?— digo bailando mis pestañas.

Albus me alza una ceja.

—Compórtate, Eirene— responde con firmeza.

Lo miro embobada.

» Y deja de verme así.

—¿Así cómo?— cuestiono con inocencia.