•clairvoyant• | albus s. potter

Capitulo 18: No es una cita

Albus
04 de Noviembre de 2021, Hogwarts

—Me mueroooo— gime Ella desparramándose sobre mi regazo.

Me tenso por completo.

—Pues muérete en el suelo. Quítate— digo tratando de ocultar mi nerviosismo.

Gira sobre sí misma y acomoda mejor su cabeza en mis piernas. Forma un puchero.

—Quiero chocolate— se queja como niña pequeña.

Ruedo los ojos.

—Dile a Scorpius que te lleve a las cocinas— respondo moviendo mis manos sin saber dónde ponerlas.

Me pican. Quiero acariciar su cabello, pero no lo hago.

—Scorpius no está. Tenía que escribir unas cartas, así que se fue a la biblioteca. Dijo que después iría a la lechucería— resopla cerrando sus ojos.

Pone sus manos en su barriga haciendo una mueca.

» Ah mierda. Como duele.

—¿Qué te pasa?— cuestiono intrigado— Si tanto te duele ve a la enfermería.

—No. Es un dolor que viene cada mes y se va. Siempre se me quita con algo de chocolate, pero no hay nadie que me acompañe a las cocinas— responde pestañeando en mi dirección.

Mi ceño se frunce.

—¿Estás enferma?— digo con ligera preocupación.

Ella sonríe con dulzura.

—Hogwarts necesita implementar una clase de educación sexual—murmura por lo bajo.

Me sonrojo.

—¿Qué?— cuestiono confundido.

La Slytherin ríe por lo bajo.

» Pareces Maeve Skeeter con tanta risita.

—¡Sev!— gruñe ella levantándose de golpe.

Me mira con las mejillas infladas.

» Eres idiota. No me recuerdes a la pajarraca rubia, aún siento aceitosas las manos de tanto tallar trofeos.

—Tu te lo buscaste. No había razón en para hacerle una broma a unas chicas de tercer año—replico encogiéndome de hombros.

Ella abre la boca ligeramente, claramente indignada.

—Las estas defendiendo— gruñe alzando un dedo acusatoriamente.

Chasqueó la lengua.

—No lo hago. Se que son pesadas, pero eso no es motivo para bañarlas en pintura— contesto indiferente.

Ella chasquea su lengua.

—¡Me dijeron fea!— chilla molesta.

Aprieto mis labios para no reír.

No me gustaba cuando Ella se enfurruñaba conmigo. Daba miedo.

Pobrecillo el que se haga su esposo.

—¿Y?— cuestiono indiferente.

La Slytherin exhala con fuerza.

—¿Como qué "y"? ¡Yo no soy fea!— exclama mirándome con reproche.

Una sonrisa burlona se forma en mi rostro.

—Si tú lo dices— respondo no queriendo darle la contraria.

Ella toma de mala forma mis palabras.

—¿Como qué si yo lo digo? ¿Acaso tú no piensas que soy bonita?—cuestiona incrédula.