Caminábamos por la calle de forma relajada. Al final me había convencido para no asistir hoy a clase, aunque habría dado igual. Me habría pasado las clases pensando en él.
Estábamos a punto de subirnos a su coche cuando recibí una llamada que llevaba semanas esperando.
-Phoebe...-dijo la voz profunda de Damián.
Sí, a pesar de todo el daño que me había causado, volví a verle meses después, y me prometió que haría lo que fuese para que le perdonase... Y estaba cumpliendo con creces.
Me tensé un poco ya que Brandon se había quedado en silencio.
-Oh, hola Gabriel... ¿Qué tal estás? -dije disimulando.
Damián lo entendió.
-Tenías razón, Phoebe. Alexia ha estado engañando a tu hermano desde hace meses... Al parecer, quieren romper el matrimonio de tu hermano, pero todavía no sé quién le ayuda... Quizá deberías pedirle ayuda a tu padre -me dijo él seriamente-. Yo no puedo hacer más... Tengo que irme de la ciudad. Si la policía se entera de que estoy aquí me encerrarán.
-Sí, tranquilo... Muchas gracias por tus... Apuntes. Me ha servido mucho la información, y sí, seguiré tu consejo. Espero que te cuides mucho y... Sí. Te perdono por haberme robado el desayuno el otro día...-dije, despidiéndome de él con una sonrisa que el nunca podría ver.
Damián se rió y casi lo imaginé negando con la cabeza.
-Por cierto, he dejado a la rubia en su casa... Al final he conseguido entretenerla durante unas horas, y ahora está roncando como un cerdito feliz sobre la cama.
Yo me reí con fuerza.
-Bien hecho, seguro que te ponen matrícula de honor en el trabajo.
Él se volvió a reír y negó con la cabeza.
-Buena suerte en tu vida, Phoebe.
-Lo mismo digo, Gabriel...
Y colgué. Casi sentí lástima por saber que ésta iba a ser la última llamada que recibiría de él; aunque ya no le quería, había resultado ser un buen amigo, a pesar de no ser tan buen novio.
Cuando colgué el teléfono y lo guardé, Brandon me miraba una ceja alzada y una expresión seria.
-¿Qué? -le pregunté y añadí divertida-: ¿Estás celoso?
-¿Debería? -preguntó todavía más serio.
Yo tragué saliva y por primera vez, no le mentí.
-No, Brandon. Nunca.
******
Miré sus preciosos ojos brillar con desconfianza mientras nos sentábamos... Y eso me dolió más que nada.
-Aria, he pasado meses pensando que me engañabas. Te ibas con tu estúpido amigo por las mañanas y no volvías hasta tarde y yo...-suspiré apretando los dientes-. Yo me moría de celos al verte volver con una sonrisa en la cara, sabiendo que habías estado con otro y que tú no me lo contabas.
-¿Alguna vez me viste con él? ¿Me viste besándole? ¡¿Me viste haciendo algo con él aparte de caminar y contarle todos los problemas que teníamos?! -me gritó ella con los ojos llenos de lágrimas- ¡Él fue el que contactó con Phoebe y me dio su número, Ted! ¡Me ayudó a volver, mierda! Si hubieses estado en casa en vez de por ahí con la otra, ¡Quizá lo hubieses sabido!
Se levantó e intentó irse, pero yo la agarré de la mano y tiré de ella para que se sentase, entonces le intenté abrazar. Forcejeó durante unos minutos, hasta que se cansó y empezó a llorar en mi hombro.
Maldije por cada maldita vez que escuché a Alexia. Le maldije a ella por llenarme la maldita cabeza de mentiras. ¿Cómo había sido capaz de dudar de Aria?
Le besé la cabeza mientras le pedía perdón mil veces.
-Alexia me llenó la cabeza de mentiras, Aria... Yo... Joder, no sabía qué pensar, y cuando te vi besándole la mejilla dentro de esa cafetería, todo fue a peor. Llevabas días sin sonreírme como le sonrías a él, Aria...-admití con la voz rota-. Por favor, perdóname.
-No sé si puedo olvidarlo Ted...-admitió ella intentando alejarse; maldije- ¡Te veías con ellas durante horas, y a diferencia de ti, yo no sabía dónde estabas!
-¡Nunca te engañé!
-La estabas besando cuando vine a hablar contigo, Ted.
Yo cogí aire y negué con la cabeza.
-Aunque sé lo que parecía, yo nunca le habría besado. Fue ella la que se lanzó a por mí, Aria. No era la primera vez que lo hacía, pero yo siempre la rechacé. Te lo juro, tienes que creerme...
Ella me miró furiosa y me golpeó el pecho con el puño varias veces.
-¡Eres un gilipollas por decirme esto, Ted!
Fruncí el ceño y le agarré las manos para que parase.
-No quiero ocultarte nada... Y todo lo que digo es verdad. Jamás había pensado en pedirte el divorcio... Joder, todavía tiemblo cuando aceptaste y desapareciste... ¿Dónde estuviste todo este tiempo?
Aria se apartó las lágrimas y apartó la mirada.
-Cuando bajé, casi me atropellan... Pero resultó ser Brandon y me fui con él. Casi ni lo pensé -sonrió a pesar de mi cara incrédula... ¿Atropellarla?-. Luego estuve en casa de Daniel con su novio Michael y bueno, allí sigo.
-Hasta hoy...-le supliqué con la voz. No podía dormir otro día sin ella.
Ella se abrazó a sí misma y se mordió el labio.
-No lo sé, Ted. Todavía necesito pensar... Hay muchas cosas que todavía no puedo aceptar. Pero es sobre todo tu falta de confianza en mí lo que me duele de verdad...-ella sonrió con tristeza y se levantó, rechazando que la tocase-. Déjame un par de días, ¿Sí? Necesito pensar.
Le observé marchar, llevándose mi corazón con ella, y no soporté saber que se iba por mi culpa.
Antes de que saliese, la agarré del brazo y tiré de ella hacia mí, besándola con toda la necesidad que sentía por ella. Ella me respondió con la misma intensidad y casi grité cuando gimió en mi boca.
Nos separamos segundos después y rodeándola con los brazos le dije:
-Te dejaré durante unos días, Aria, pero te aseguro que no me rendiré. Nuestro matrimonio seguirá adelante y te compensaré por todo... Te lo prometo -la besé de nuevo cuando ella se emocionó-. Te quiero, cariño. No lo olvides.
Ella me miró con los ojos acuosos mientras se cerraban las puertas del ascensor...
Sin embargo, ella no respondió... Y eso me dolió como nada antes.
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Una luz para cada sombra. [Segunda temporada de Theodore Grey.]
FanfictionHabían pasado dos años desde el nacimiento del miembro más reciente de la familia Grey. Aria jamás pensó que su perfecta vida daría un giro tan inesperado, pero cuando su sexy y famoso marido comenzó a distanciarse de ella por razones desconocidas...